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Protegerse del coronavirus, misión imposible en un campo de refugiasos en Grecia

  • 04 abril 2020 /

Condiciones de hacinamiento hacen temer una catastrofe humanitaria en medio de la actual pandemia

Moria, Grecia

En el campo de Moria, en la isla griega de Lesbos, miles de refugiados se empujan unos a otros en las filas formadas frente a inodoros y duchas, una imagen que dista años luz de las medidas de protección contra el coronavirus.

'¿Para qué sirve usar una mascarilla de protección si comparto el baño con 100 personas?', se pregunta Hasmad, un hombre afgano de 36 años que aguarda en fila frente a un grifo.

Moria es el campo de migrantes más poblado de Europa, con una población que ronda las 19.000 personas. Al igual que en otros campos de Grecia, el confinamiento se impuso hace dos semanas en un intento de evitar la propagación del coronavirus.

'Ya no nos permiten ir a la ciudad para hacer compras', se queja el joven afgano.

Por ello, cientos de migrantes acuden ahora a pequeños mercados al aire libre alrededor del campo. Muy pocos usan máscaras y quienes las llevan, las han fabricado ellos mismos.

Ante el hacinamiento que impera en Moria, los escasos gestos de contención que se enseña a los migrantes resultan irrisorios.

A la entrada del campo, refugiados y voluntarios de la ONG Asterias distribuyen jabón y antiséptico a los residentes.

'Les decimos que se mantengan alejados unos de otros, pero cuando vemos las filas de espera, es imposible', dijo a AFP el doctor afgano Ahmad Sina Taha, quien trabaja para la ONG Kitrinos.

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Taha recuerda también los cortes diarios de agua dentro del campo. En un olivar cercano a Moria, donde la basura se acumula en las zanjas, miles de hombres, mujeres y niños se amontonan en refugios improvisados sin agua ni medidas básicas de higiene.

Said, un afgano de 17 años, dice que se enteró de la pandemia mientras navegaba por internet. 'Lo hablé con mis padres pero no puedo convencerlos de que tomen precauciones. Cuando alguien venga a nuestra casa, mi madre los besará, porque es nuestra cultura', dijo.

- 'Evitar el pánico' -

Hasta ahora el campo de Moria se ha librado de la pandemia. Pero el jueves el campo de Ritsona, cerca de Atenas, fue puesto en cuarentena porque 23 de los 2.720 migrantes que viven allí dieron positivo por coronavirus.

En la propia isla de Lesbos, con una población de unas 80.000 personas, hay también unos 10 infectados.

Taha 'prefiere no decir nada a los migrantes sobre los casos de COVID-19 en la isla, para evitar el pánico'.

'Si el virus aparece en el campo, sería debido a nosotros', estima el patólogo Nassos Galis. 'Hay un constante ir y venir de trabajadores del campo sin que se tomen las medidas adecuadas', añadió.

Muchas ONGs y el gobierno local han recomendado reducir el número de habitantes del campo de Moria, recuerda este patólogo.

El gobierno ha prometido trasladar a miles de migrantes de las islas a Grecia continental, pero el proceso es muy lento, debido a la falta de sitio en los campos.

La Organización Internacional para las Migraciones instó el viernes a acelerar estos traslados, porque con el 'hacinamiento (en los campos de las islas) se torna muy difícil tomar medidas preventivas contra el coronavirus'.

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'Si el COVID-19 aparece en Moria, el campamento será puesto en cuarentena', dijo el médico Nassos Galis, quien trabajará en un centro médico creado a las afueras del campo.

Está prevista la instalación de un segundo centro médico frente al campo y se está creando un espacio de aislamiento de pacientes.

'Pero ¿cómo funcionará este espacio, cómo rastrearemos los contactos de una persona infectada en un campo tan poblado? ¿Cómo reaccionará la gente en caso de cuarentena? Cundirá el pánico', prevé el médico.