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La caza de ballenas

  • 21 junio 2017 /

Japón lanzó el miércoles una nueva campaña de caza de ballenas en el noroeste del Pacífico a pesar de las críticas internacionales y la oposición de organizaciones de defensa de los animales. Videografía sobre la caza de ballenas.

Tokio, Japón.

En el mundo existen unas 90 especies de ballenas, delfines y marsopas, conocidos colectivamente como cetáceos. Aunque todas están en peligro en mayor o menor medida, algunas de esas especies se encuentran entre las mas amenazadas del planeta.

Las capturas accidentales son especialmente mortíferas: 300.000 cetáceos mueren cada año al enredarse en las redes de pesca.

Varias especies de ballena estuvieron cerca de la extinción en el siglo XX, ya que eran pescadas de forma masiva por su carne y su grasa, empleada en la fabricación de jabón y de combustible.

La caza comercial se prohibió en 1986 por una moratoria mundial, votada por la comisión ballenera internacional, el organismo que regula esta industria. Pero cada año se siguen matando varios cientos de ballenas, principalmente en Noruega, Islandia y Japón, que se aprovechan de los vacíos legales del texto.

El mayor pescador es, de lejos, Noruega, con una pesca récord de 736 ballenas de Minke en 2014. Ese mismo año, se arponearon 355 ballenas por comunidades autóctonas de Groenlandia, Siberia Oriental, Alaska o de las islas de San Vicente y las Granadinas, ya que la moratoria autoriza la caza aborigen, considerada 'de subsistencia'.

Japón, uno de los firmantes del texto, pretende cazar ballenas con fines científicos. Fue obligado a renunciar en la temporada 2014-2015, tras una decisión de la Corte Internacional de Justicia, considerando que sus verdaderos fines eran comerciales. Pero retomó la pesca un año después, con un nuevo programa, reduciendo en dos tercios sus objetivos de pesca.

Para los opositores a esta práctica, que puede llevarse a cabo con arpones explosivos, es inhumana y condena a las ballenas a una muerte lenta y dolorosa.

Por otra parte, la industria ballenera tiende a caer, y la demanda de su carne se reduce.

Las ballenas también están amenazadas por las actividades petroleras, la contaminación de los mares, la pérdida del hábitat y de los recursos alimenticios. Pero no todo son malas noticias.

En 2016, Estados Unidos sacó a la mayoría de las poblaciones de ballenas jorobadas de la lista de especies en peligro, un éxito de las políticas de protección. Texto, foto y video de AFP.

Foto: La Prensa