El depuesto presidente hondureño Manuel Zelaya arribó el jueves a esta capital, a pocas horas que se venza el sábado un ultimátum de la OEA al gobierno instaurado en Honduras para que lo restituya en su cargo.
Zelaya 'llegó a una reunión de carácter privado con el presidente Mauricio Funes', confirmó a la AP el secretario salvadoreño de Comunicaciones David Rivas. Tras su arribo por la noche, Zelaya fue recibido por el canciller Hugo Martínez en el aeropuerto internacional, al sur de la capital salvadoreña, informó la cancillería.
Zelaya llegó procedente de Panamá, donde participó en la asunción del empresario Ricardo Martinelli como presidente de esa nación.
El depuesto presidente fue trasladado bajo estrictas medidas de seguridad a la casa presidencial, donde era esperado por el presidente Mauricio Funes para sostener un 'encuentro en privado', señaló Rivas.
Una multitud de simpatizantes del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), al que pertenece Funes, recibió a Zelaya con aplausos y ovaciones en una plaza de la periferia sur de la capital.
'¡Mel, amigo, el pueblo salvadoreño está contigo!' y '¡Mel se queda!' fueron algunas de las consignas de la multitud vestida con el rojo del FMLN. El vehículo en que viajaba Zelaya se detuvo por breves segundos para agradecer el apoyo y continuó su ruta a la casa presidencial.
Conferencia en Ciudad de Panamá
El mandatario derrocado arribó ayer a Panamá para participar en la toma de posesión de Ricardo Martinelli como nuevo presidente de Panamá.
'Nosotros estamos haciendo una planificación estratégica con diferentes países para mi retorno a Honduras', afirmó, aunque se resistió a precisar la fecha. Agregó que en ese plan 'he invitado de forma respetuosa a la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner para que me acompañe' y que el mandatario ecuatoriano Rafael Correa participaría de la misión.
Zelaya había pospuesto su plan de posible retorno del jueves para el fin de semana cumpliendo el ultimátum que le dio la Organización de los Estados Americanos, OEA, al gobierno encabezado por Roberto Micheletti para que restituyera las funciones constitucionales del gobernante derrocado en un lapso de 72 horas. Pero Zelaya dejó en el misterio el momento preciso de su retorno.
Micheletti ha desafiado la resolución de la OEA de permitir el retorno al poder de Zelaya, mientras que la fiscalía general hondureña ha dicho que detendrá al líder derrocado apenas ponga un pie en suelo hondureño para que sea enjuiciado por al menos 18 delitos.
'Yo no tengo miedo de regresar. Nunca he tenido temor y he actuado basado en mis principios por los cuales estoy dispuesto a morir', aseguró a la prensa en el hotel en que se hospedó y en compañía de su canciller Patricia Rodas. El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, quien confirmó que viajará el viernes a Tegucipalpa, lo hará, según Zelaya, para 'darle personalmente la resolución del ultimátum al gobierno golpista. Sé que el secretario va a cumplir su misión. El no va a negociar'.
Dijo que si el gobierno instaurado no cumple la resolución, entonces le tocará a las grandes potencias buscar la forma de resolver la inestabilidad política en Honduras.
'Las potencias tendrán que asumir la dirección (resolver la inestabilidad en Honduras) para no dar un mal ejemplo al mundo de tolerancia a este sistema golpista', advirtió.