18/01/2025
02:08 AM

Villas Grace, histórico emprendimiento de una pareja mayor en Tela

En un país donde las personas mayores enfrentan tantos desafíos, Gracia María y Ricardo Zacapa han demostrado que nunca es tarde para comenzar de nuevo.

Tela, Honduras.

En las playas de Tela, Atlántida, se erige Villas Grace, un complejo de casas de playa que combina historia, hospitalidad y fe. Este proyecto es el fruto del esfuerzo de Gracia Sheran, de 62 años, y su esposo, Ricardo Zacapa, de 70, que, rompiendo paradigmas, decidieron emprender en una etapa de la vida donde muchos prefieren descansar.

Mientras que en Honduras las oportunidades para personas mayores son limitadas, Gracia y Ricardo optaron por construir su propio camino.

En las casas pueden entrar hasta cinco personas.
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“Vivimos en un país con pocas oportunidades para las personas adultas, pero queríamos demostrar que aún a esta edad se puede. Queríamos trabajar y ser independientes sin ser una carga para nadie”, expresa Gracia con orgullo.

Aunque emprender no ha sido fácil, han encontrado en este proyecto una manera de mantenerse activos, compartir su fe y servir a otros. “Nos apasiona servir, que la gente se lleve un pedacito de historia y que sientan la paz de Dios al hospedarse aquí”, añade.

Villa Grace es un lugar acogedor y muy fresco gracias a sus paredes y suelos de madera.

Un legado histórico que abrió sus puertas en tiempos difíciles

Villas Grace no solo es un refugio frente al mar; es también un puente hacia el pasado. Las casas, construidas en la década de 1920 por la Tela Railroad Company, fueron adquiridas por el padre de Gracia y trasladadas a su ubicación actual. En 2016, la pareja comenzó un arduo proceso de restauración que tomó cuatro años.

“Fue un desafío enorme, especialmente para Ricardo, quien se encargó de todo el mantenimiento: madera, electricidad, aires acondicionados. Había días en los que decía: ‘No puedo más’, pero siempre le decía: ‘Sí podemos’. Él tiene la gran cualidad de hacer las cosas bien hechas, sin importar cuánto tiempo o dinero cueste”, recuerda Gracia con admiración.

Las habitaciones tienen componentes históricos intactos.

Villas Grace abrió sus puertas en Semana Santa de 2020, justo al inicio de la pandemia. “Recibimos a nuestros primeros huéspedes y ese mismo domingo todo quedó cerrado. En ese tiempo comenzamos a pensar en cómo mejorar para cuando pudiéramos recibir personas nuevamente”, explica Gracia.

Desde entonces, han añadido espacios como una pérgola y se han esforzado por ofrecer comodidad. “Queremos que nuestros visitantes tengan un viaje liviano, que no tengan que preocuparse por nada. Procuramos que aquí lo encuentren todo”.

Más que un negocio, un propósito

Para esta pareja, emprender va más allá de lo económico. “A esta edad, esto nos permite mantenernos activos y compartir algo especial con las personas. Nos gusta que nuestros huéspedes se sientan en paz, que disfruten de la naturaleza y que se lleven una experiencia única”, comenta Gracia.

Ubicado estratégicamente frente al mar y a pocos pasos del muelle, Villa Grace es un lugar ideal tanto para turistas nacionales como internacionales. “Hemos recibido visitantes de Argentina, Suiza, España, Francia, y muchos hondureños que regresan al país para recordar su historia”, añade.

Don Ricardo ha restaurados las casas con sus propias manos.

Gracia y Ricardo no solo desean que Villas Grace sea un éxito en el presente; quieren que trascienda. “Nuestro sueño es que este lugar permanezca, aunque nosotros ya no estemos. Queremos dejar un legado, que las personas recuerden que aquí encontraron un lugar de paz y gratitud”, finaliza Gracia.

En un país donde las personas mayores enfrentan tantos desafíos, Gracia María y Ricardo Zacapa han demostrado que nunca es tarde para comenzar de nuevo. Con su fe como guía y un incansable espíritu emprendedor, han convertido Villas Grace en un hogar histórico frente al mar y un ejemplo de que los sueños no tienen edad.