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Una vida austera para su fabulosa riqueza

  • Actualizado: 13 marzo 2010 /

De ser un hijo de un inmigrante que trabajaba como dependiente de una tienda, Carlos Slim es todo un Rey Midas: todo lo que toca lo convierte en oro.

    De ser un hijo de un inmigrante que trabajaba como dependiente de una tienda, Carlos Slim es todo un Rey Midas: todo lo que toca lo convierte en oro.

    Su fortuna es envidiable: 53 mil 500 millones de dólares que lo convierten en la persona más rica del mundo según la revista Forbes.

    Carlos Slim ya es más rico que Bill Gates, pero contrario a lo que se puede imaginar, es un hombre sin excesos y lleva una vida austera.

    En una reunión con corresponsales extranjeros realizada en México en agosto de 2007, el propio Slim consideró intrascendente el ser señalado como el hombre más rico del mundo.

    No usa computadoras
    Slim es propietario de Telmex; del mayor operador celular en el país, América Móvil, así como de empresas que operan en rubros muy diversos, desde las tiendas minoristas y los restaurantes hasta bancos y empresas de construcción y metalurgia, integrados en el Grupo Carso.

    Recientemente el empresario compró una participación mayoritaria en el diario The New York Times.

    Sin embargo, se le conoce por llevar un estilo de vida más bien austero para su fabulosa riqueza. No viste trajes caros, rara vez se le ve en los mejores restaurantes y se niega a comprar mansiones en otras ciudades.

    Además, no suele usar computadoras, como las que venden sus cadenas minoristas o su emporio telefónico, y prefiere utilizar libretas de papel. Fanático del béisbol, sus mayores lujos se limitan normalmente a los habanos y las gaseosas bajas en calorías.

    El magnate ha dicho que por encima de sus negocios y sus logros profesionales, su mayor orgullo es su familia.

    Personalmente o mediante sus fundaciones y museos, Slim posee una colección impresionante de obras de arte, incluidas esculturas del célebre francés Auguste Rodin, pero trabaja en unas oficinas más bien sencillas, cuyo diseño y decoración parecen datar de la década de 1970.

    Tras cursar estudios de ingeniería civil, Slim se especializó en comprar empresas en problemas o compañías estatales que se privatizaron, sin limitarse a un solo giro. Luego las sacaba a flote y las revendía con grandes márgenes de ganancias.

    Ese talento para descubrir el potencial de negocios devaluados le ha servido mucho, particularmente después de las caídas recientes en el mercado bursátil.

    “En épocas de crisis, él siempre ha invertido y ahora se empiezan a ver los frutos”, dijo su vocero Elías Ayub.

    Sin embargo, algunos mexicanos no están muy contentos de que la fortuna de Slim sea considerada la más cuantiosa del mundo en un momento en que el país atraviesa por la crisis económica, un desempleo fuerte y un deterioro en las condiciones de vida de buena parte de la población.

    “Es una vergüenza... es parte de lo mal que está el sistema político mexicano y las ‘corruptelas’ del círculo del poder, donde hay sólo unos cuantos ricos y millones pobres... A Slim todo se le permite, todo se le tolera y todo se le facilita”, dijo Ernesto Villanueva, de 45 años.

    Otros, en cambio, reconocen las virtudes de Slim.

    “Está bien, por sus logros está ahí. Él supo llegar hasta donde está y nosotros como pueblo no hemos sabido unirnos siempre; somos individualistas. No le veo nada de malo”, dijo Manuel Santibáñez, estudiante de 17 años.

    Blankfeld dijo que la lista de los 10 hombres más ricos, correspondiente a 2010, refleja la presencia cada vez más relevante de los países en desarrollo. Además de Slim, incluye a dos multimillonarios de India y a uno de Brasil.

    Proyección
    En la actualidad Slim realiza labores filantrópicas, ya sea en forma personal o a través de sus múltiples empresas, como son la Fundación Telmex, el Museo Soumaya de su esposa Soumaya Domit de Slim, fallecida en 1999, el rescate del Centro Histórico de la Ciudad de México y recientemente en la Fundación Alas creada por la cantante Shakira.

    La ayuda se extiende a toda Latinoamérica a través de Fundación Carso, que con un patrimonio inicial de 4,000 millones de dólares y presupuestado en pocos años a más de 10,000 millones de dólares, apoyará sus diversos programas de ayuda.

    También se crearán tres Institutos Carso: de Salud, Educación y de Deporte, y se aportarán 100 millones de dólares para combatir la pobreza, conjuntamente con Bill Clinton, ex presidente de Estados Unidos, y Frank Giustra, empresario de Canadá.