Los valores morales del taxista óscar Rápalo fueron puestos a prueba ayer, cuando, sin pensarlo dos veces, devolvió más de ocho mil lempiras que una clienta dejó olvidados en su unidad.
Rápalo, quien conduce el taxi 971, acababa de realizar una carrera desde la colonia Felipe Zelaya hasta la Central Metropolitana de Buses, donde dejaría a la pasajera.
Monedero
El hombre manifestó a LA PRENSA que a eso de las 6.30 de la mañana recibió una llamada para recoger a una pasajera en una de las viviendas de la colonia Felipe Zelaya, quien pidió ser conducida a la terminal, donde abordaría luego un bus hacia su trabajo en Dos Caminos, Villanueva.
Relató que esperó hasta que ella se sentara muy cómoda en el asiento trasero de su nuevo taxi. “Ella me pagó la carrera al principio, durante el trayecto se iba maquillando y tal vez fue ahí cuando dejó olvidado su monedero, el cual contenía varios billetes que sumaban más de ocho mil lempiras”, indicó.
Dijo que a ella la dejó en el bulevar, frente a la gran terminal, porque ahí estaba el bus que la llevaría hasta su
trabajo, y luego se marchó.
Rápalo recuerda que al estacionar su taxi dentro de las instalaciones de la terminal, al revisar el asiento trasero se fijó en el monedero que había dejado la pasajera, contó la suma y luego entregó el dinero al despachador de los taxis, quien posteriormente lo reportó a las autoridades de la terminal.
Rápalo manifestó que su proceder ha sido objeto de burla para varias personas y considerado por otros como un acto admirable, “mi conciencia está tranquila porque se trata del dinero de una pasajera que al igual que otros sampedranos trabajan duro para ganarse el pan de todos los días”, indicó.
Agradecida
“Parece que en la vida todavía existen personas honradas, porque si hubiera sido otro taxista que no fuera de la terminal quizás no pudiera matricular a mis hijos”, señaló la pasajera Delmi Roxana Cáceres.
La dama recuerda que en el taxi ella sacó el monedero conteniendo el dinero de la matrícula de sus hijos porque se maquilló mientras iba en camino.
“Yo no me había dado cuenta de la pérdida hasta cuando me llamaron por teléfono, y ahora felicito al taxista por su noble gesto”, dijo.
Ejemplo
El superintendente municipal, Antonio Rivera, dijo que lo sucedido es una muestra de la honestidad promovida dentro de la terminal.