20/12/2025
12:46 PM

Sólo les falta su mar

Dejaron a sus espaldas el mar, trayendo una maleta de ilusiones y esperanzas. Querían encontrar un mejor horizonte y se afincaron en el sector Rivera Hernández para formar la primera colonia garífuna de San Pedro Sula, que bautizaron con el nombre de Alfonso Lacayo.

Dejaron a sus espaldas el mar, trayendo una maleta de ilusiones y esperanzas. Querían encontrar un mejor horizonte y se afincaron en el sector Rivera Hernández para formar la primera colonia garífuna de San Pedro Sula, que bautizaron con el nombre de Alfonso Lacayo.

Muchos de ellos habían vivido antes en diferentes colonias de la ciudad, pero un buen día, allá por 1986, decidieron agruparse para poder, de alguna forma, conservar su identidad y sus costumbres.

Porfirio Castillo, uno de los residentes de la colonia, dice que extraña el mar en el que solía pescar en sus años mozos, tanto que hasta sueña verlo llegar algún día hasta su vivienda.

Cuando el éxodo de los garífunas a esta ciudad apenas comenzaba, según Castillo, llegaron a barrios como Sunseri y Cabañas, donde vivían más de dos mil diseminados entre los ladinos.

Fue entonces que a Martín Bonilla, Hill Meléndez y a otros se les ocurrió la idea de crear una colonia totalmente de afrodescendientes. Esta idea empezó a dar resultados en 1988, cuando se fundó un patronato denominado Comival, integrado por 96 miembros. En ese mismo año se formó una corporación española que financió 96 viviendas para los miembros del patronato. Aunque la colonia Alfonso Lacayo se fundó con el objetivo de que sus habitantes fueran solamente garífunas, no se pudo lograr, puesto que también se asentaron muchas familias mestizas.

Los esposos Castillo son unos de los pobladores que conocen el surgimiento de esta colonia y su desarrollo.

Castillo calcula que en la colonia residen más de 300 familias afrodescendientes que se han venido de diferentes comunidades garífunas de la costa, como Cusuna, Sangrelaya, Tocamacho, Corozal, Tornabé, Santa Fe y Guadalupe.

Cultura

Atrás quedaron las playas con sus palmeras, pero no dejaron sus costumbres y algunas tradiciones. En ocasiones vuelven a mover sus cuerpos como allá en su tierra, al ritmo de bailes como el máscaro o 'el indio bárbaro', un personaje peculiar que forma parte de sus costumbres ancestrales. Se trajeron, además, su cultura culinaria, gracias a la cual pueden ofrecer a los visitantes una rica sopa de mariscos en coco o la popular machuca, una especie de puré de plátano dulce y verde que va con todas sus comidas.

Muchas de las familias se dedican a la venta de pan de coco y otros productos derivados de este fruto de las palmeras.

Los garífunas de la Alfonso Lacayo luchan porque su lengua no se extinga entre la cultura ladina en la que ahora crecen sus hijos. Lograron fundar un kínder llamado también Alfonso Lacayo, donde reciben clases 83 pequeños de ambas razas, quienes tienen la oportunidad de hablar tanto el español como el dialecto garífuna. La maestra Margarita Castillo ha puesto especial interés en que los niños no pierdan sus raíces culturales.

La Sambunango

La colonia es conocida también como Sambunango, porque el terreno donde se fundó, antes de ser lotificado, era un potrero donde se encontró una especie de tortuga conocida con ese nombre.

Los pobladores se sienten orgullosos porque de este lugar han salido conocidos futbolistas como Elmer Marín, que milita en el Atlético Olanchano; Allan Lalín, del Real España, y Edgar Palacios, del Platense. Tras de ellos viene toda una generación de nuevos talentos del balompié, tomando en consideración que este deporte es el entretenimiento número uno de los chiquillos y los jóvenes. Los pobladores de la colonia Alfonso Lacayo se sienten felices en esta nueva tierra porque se les han abierto otras oportunidades de superación, pero siguen añorando la apacible vida que llevaban frente al mar.

Quién era Alfonso Lacayo

El primer médico garífuna, doctor Alfonso Lacayo Sánchez, se graduó un siglo después de inaugurarse la Universidad Autónoma de Honduras. Luego de 70 años de ausencia de garífunas en el Poder Legislativo, los afrodescendientes tienen representación del Congreso y participaron con gran popularidad en las pasadas elecciones generales de 2005, tal es el caso de Aurelio Martínez y Dayana Martínez.

Según

Estos niños del kínder Alfonso Lacayo cantan el Himno Nacional en garífuna, al igual que sus compañeros.

datos de la Odeco, sólo el 17 por ciento de los jóvenes garífunas llega a la enseñanza secundaria y el 3 por ciento, a la universitaria. Quizás estas cifras expliquen el orgullo que un hijo graduado despierta en las familias.

En cada pueblo hay un hijo o hija estudiando en Cuba, o el deseo enorme, casi obsesivo, de que lo logre.

Hay que dormir en sus casas, conocer sus aldeas y viajar por sus caminos para entender lo que eso significa.

Datos

Habitantes

Habitantes

Actitud

Crecimiento

En todo el sector Rivera Hernández habitan negros, pero la colonia Alfonso Lacayo es donde predominan.

El 12 de abril de cada año se celebra el día de la etnia negra hondureña, recordando su arribo a tierras catrachas.

Debido a sus diferencias lingüísticas, los niños negros tienen desventajas en su proceso de aprendizaje.

En Cortés hay 3 mil estudiantes garífunas en los niveles prebásico y básico. Se contabilizan 250 maestros.