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Solo el 55% de los hogares tienen casa propia en Tegucigalpa

  • 24 septiembre 2014 /

Expertos señalan que, además del gran abandono estatal, el problema se aborda únicamente desde el déficit


Tegucigalpa, Honduras

Los problemas habitacionales continúan Tegucigalpa en sus 436 años simbólicos de vida y esplendor.

A pesar de los avances de infraestructura, las cifras de vivienda no son nada alentadoras y las familias capitalinas pagan una alta cuota por la falta de visión del Gobierno.

En los últimos diez años, el realismo mágico pintó a la ciudad metropolitana, al avanzar en dos rutas tan contrastadas que dejaron una dicotomía urbana en vivienda.

Por un lado, los complejos habitacionales verticales (apartamentos) tomaron fuerza, mientras las invasiones y el crecimiento desordenado siguieron con un ritmo ascendente. Es de señalar que Tegucigalpa no tiene un apartado especial en las estadísticas de vivienda, pues se analiza junto a Comayagüela y 44 aldeas como parte del Distrito Central.

Vivir decentemente

La metrópolis no ha podido hacerle frente al acelerado crecimiento urbano ni a la migración del campo a la ciudad, concluyen expertos.

Para el caso, de 2001 a 2013 la población del municipio creció de 850 mil a 1.3 millones de habitantes, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Lo anterior representa un incremento en 450 mil pobladores durante 12 años, es decir de un 53% durante ese lapso.

Mientras que la cantidad de hogares aumentó de 180 mil a 250 mil durante el mismo término de tiempo, indican las cifras del INE.

En ese sentido, en 12 años se formaron unos 70 mil nuevos hogares en la capital, que representan un crecimiento del 39%.

El aumento habitacional se plasmó en el sector norte y oriente en el caso de Tegucigalpa, expuso el urbanista Mario Martín.

Sin embargo, recordó que el Estado no pudo darse abasto a toda la demanda, además que abandonó su rol protagónico en el tema.

Aunque no existen cifras sobre el déficit de viviendas en la capital, la Cámara Hondureña de Industrias de la Construcción (Chico) estima que a nivel nacional 420 mil familias viven sin techo.

No obstante, el experto advirtió que el error del gobierno también estuvo en analizar el problema desde el déficit cuantativo de viviendas.

“Nadie deja de tener un techo donde vivir. Humilde, pero lo tiene. Lo que importa son las condiciones básicas de la casas”, argumentó.

En ese sentido, enumeró que la calidad de una vivienda lo determina el precio, el uso del suelo, el acceso a los servicios básicos y sobretodo la propiedad.

En este apartado, nos concentramos en la tenencia y tipo de inmueble, así como el nivel hacinamiento, como punto de partida del análisis.

Propiedad

Según cifras del INE, el 55% de las familias capitalinas es propietaria de la casa donde habita, que se traducen en aproximadamente 139 mil hogares.

Mientras que unos 33 mil núcleos familiares son propietarios (13.2%), pero en una situación jurídica distinta (pagando la casa, recuperada sin legalizar y recuperada legal).

Sin embargo, sobresalen 68 mil hogares que viven en una residencia alquilada, es decir el 27%. En otras palabras, aproximadamente una de cada cuatro familias no tiene vivienda propia y vive condenada a pagar alquiler en el Distrito Central.

“Ese es el problema, que la casa no es propiedad de ellos, sino del que la explota, y muchas veces tiene que ver con la falta ingresos”, declaró.

Lo anterior va ligado con el tema de hacinamiento y por eso no resulta extraño que el 7.4% de los hogares (19 mil unidades) vivan en hacinamiento.

Mientras el promedio de personas en una casa normal es de 4.3, en una vivienda en hacinamiento asciende a 6.3 personas, cuando la tolerancia no puede pasar de tres, según datos del INE.

Daniela Navarrete, historiadora especialista en urbanismo, señaló que el problema se recrudece en los noventa, cuando el gobierno deja al sector privado el tema.

“Apostaron por las políticas neoliberales, que el libre mercado sería el que solucionará los problemas sociales, pero vemos que no es así”, señaló.

Por su parte, Silvio Larios, gerente de la Chico, sugirió a las autoridades y la inversión privada apuntar hacia la unidad social (para personas con menos de dos salarios mínimos de ingresos), porque comprende el 80% de la demanda de vivienda.

Aunque reconoció que el programa Convivienda es un gran paso, sugirió concentrarse en aprobar la Ley Marco de Vivienda para regular completamente el sistema.