Tegucigalpa. La independencia del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) del partido Libertad y Refundación (Libre), aprobada el domingo en Asamblea Nacional, es simplemente “una estrategia” que no marca ninguna división, explicó el diputado electo por Libre, Jari Dixon.
“No hay ninguna división. Todos sabemos que la gran mayoría de militantes del Frente Nacional de Resistencia Popular están en Libre, pero sí teníamos problemas por la funcionalidad de cada uno de estos organismos”, dijo. “El expresidente Manuel Zelaya era el coordinador de Libre y coordinador del Frente y en términos operacionales eso causa algunos ciertos problemas, si bien es cierto el partido Libre es el brazo político del FNRP, también es cierto que cada uno tiene sus funciones diferentes; el partido en el proceso electoral y el Frente en la lucha popular”, añadió.
A partir de ahora, cada institución -una dirigida por Zelaya y la otra por Juan Barahona- tendrá sus funciones “y cuando haya necesidad de coordinarse pues se van a coordinar acciones”, según Dixon.
En febrero habrá una Asamblea Nacional de Delegados y uno de los puntos es la elección de nuevas autoridades o ratificar a las actuales. Dixon dijo que la unidad es vital para las nuevas elecciones y se va a demostrar con la posición que adoptará el partido Libre en el Congreso Nacional.
El partido Libre está abierto a las alianzas temporales o permanentes para hacer una oposición constructiva en el gobierno de Juan Orlando Hernández.
Sectores populares
La representación de los grupos populares que llevará Libre al Congreso Nacional será raquítica.
Apenas serán dos los diputados que tendrá Libre que provienen de sectores sociales y uno de ellos es Rafael Alegría, quien en los últimos años ha sido conocido más por político.
Además de Rafael Alegría, quien coordina una organización llamada Vía Campesina, solo resultó electa Claudia Garmendia, de El Paraíso.
Ella es una dirigente de movimientos territoriales en el sector oriental. También es dirigente magisterial.
