San Pedro Sula, Honduras.
Debido a los constantes robos, el reemplazo de tapaderas de alcantarillas sigue siendo uno de los gastos en las finanzas de la Municipalidad de San Pedro Sula.
En un año la alcaldía de la Capital Industrial colocó 700 tapaderas en pozos y tragantes por haber sido robadas.
Se han cambiado en las colonias Río de Piedras, El Playón, Prado Alto, Los Laureles, así como en la zona de la 27 calle, entre otros sectores de la ciudad.
“Seguimos con el reemplazo de tapaderas, pues la mayoría de estas son objeto de robo, por lo que se han venido colocando tapaderas de concreto con una combinación de marco con ángulo de metal”, dijo Osman Zavala, gerente de Obras Públicas.
Indicó que las tapaderas se elaboran casi artesanalmente, pues cada una de estas cubiertas tiene una medida diferente debido a que deben de encajar de forma precisa en los tragantes o pozos.
Con esta estrategia, evitan además que sean dañadas o en su defecto que se dificulte el robo de las mismas.
El programa de mantenimiento es permanente, con lo que se pretende identificar los sitios donde se han sustraído o dañado tapaderas, determinando de esta manera las dimensiones.
Debido a los constantes robos, el reemplazo de tapaderas de alcantarillas sigue siendo uno de los gastos en las finanzas de la Municipalidad de San Pedro Sula.
En un año la alcaldía de la Capital Industrial colocó 700 tapaderas en pozos y tragantes por haber sido robadas.
Se han cambiado en las colonias Río de Piedras, El Playón, Prado Alto, Los Laureles, así como en la zona de la 27 calle, entre otros sectores de la ciudad.
“Seguimos con el reemplazo de tapaderas, pues la mayoría de estas son objeto de robo, por lo que se han venido colocando tapaderas de concreto con una combinación de marco con ángulo de metal”, dijo Osman Zavala, gerente de Obras Públicas.
Indicó que las tapaderas se elaboran casi artesanalmente, pues cada una de estas cubiertas tiene una medida diferente debido a que deben de encajar de forma precisa en los tragantes o pozos.
Con esta estrategia, evitan además que sean dañadas o en su defecto que se dificulte el robo de las mismas.
El programa de mantenimiento es permanente, con lo que se pretende identificar los sitios donde se han sustraído o dañado tapaderas, determinando de esta manera las dimensiones.
