Por más de seis años, Puerto Cortés ha sido uno de los municipios modelos en seguridad; pero sus proyectos se han estancado por falta de presupuesto.
Esta ciudad ha podido tener acceso a los fondos de la tasa de seguridad, pero para eso han tenido que cumplir con una serie de requisitos que han sido difíciles para el resto de los municipios del país.
Pese a la puntualidad de las autoridades porteñas, el Gobierno les adeuda cuatro millones del año pasado y otros dos de 2013.
El alcalde Allan Ramos dijo que “la falta de fondos hace que el modelo de seguridad que hemos venido impulsando se estanque, porque ya no tenemos presupuesto para darles el mantenimiento y combustible a las patrullas”. Lamentó que ya no tienen las mismas condiciones de patrullaje, lo que aumenta la delincuencia en el municipio.
Antecedentes
En Puerto Cortés se desarrolló un modelo de atención ciudadana bajo el concepto de concertación, un cabildo abierto en 2007 aprobó lo que sería la estrategia para responder a las demandas de seguridad de los pobladores.
“Desde ese año trabajamos por reducir los índices de violencia y seguridad ciudadana, para mejorar la calidad de vida y generar empleo con nuevas inversiones. El objetivo era que la comisión de seguridad ciudadana tuviera apoyo en todos los rincones del municipio”.
Ramos explicó que la logística de los operadores de justicia era precaria, pero en siete meses después de que se realizó el cabildo abierto se decidió apoyar gracias a la tasa de seguridad que aportan los ciudadanos.
Puerto Cortés es hoy por excelencia una ciudad modelo en Centroamérica en cuanto a la implementación de un plan de seguridad ciudadana.
En las principales calles y puntos estratégicos hay instaladas 45 cámaras que vigilan cada paso o situación que podría desencadenarse en un hecho delictivo.
En un centro de monitoreo, un grupo de personas se mantiene alerta, si hay algo sospechoso en las cámaras es informado de inmediato a la Policía Nacional, y así aseguran que han evitado varios delitos. “Teníamos como objetivo para este año instalar 100 cámaras más, para un mayor control en la ciudad, y hemos retrasado algunos proyectos como la construcción de postas”, manifestó Ramos.
Actualmente los proyectos de seguridad están siendo apoyados por fondos de la alcaldía, pero no en la misma medida que se hacía en años anteriores.
Ángel Guillermo Villareal, presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Puerto Cortés, dijo que desde el año pasado no reciben ni un lempira de la tasa de seguridad, lo que afecta salarios y el presupuesto del combustible diario para los patrullajes en el municipio.
“Estamos preocupados porque el objetivo de centralizar los fondos era tener mejores proyectos a nivel nacional, pero no se le esta dando un manejo adecuado”, expresó el empresario.
En 2011, bajo la administración de la comisión de seguridad local, los fondos obtenidos por la tasa de seguridad fueron superiores a los 8.1 millones de lempiras, los cuales se utilizaron en varios proyectos.
“Desde el año pasado solo hemos recibido cuatro millones de los 10 que debíamos tener hasta la fecha”, lamentó Villareal.
Los empresarios están preocupados porque el plan de seguridad puede caer. “No podemos mejorar en los proyectos sociales, ni las condiciones humanas de los policías con la construcción de mejores estaciones policiales”.
Además del equipamiento de los órganos de seguridad, en el municipio también se han paralizado obras para la prevención de la violencia, como la construcción de polideportivos, iluminación y construcción de canchas y talleres vocacionales para involucrar a los jóvenes en actividades positivas y alejarlos de las maras.
La construcción del centro penal es una de las obras que urgen en el municipio, pero la falta de fondos no permite la ejecución.
En el municipio hay alrededor de 140 policías, 11 patrullas y seis postas policiales.