Una tormenta que duró al menos dos horas ocasionó la noche del lunes destrozos en varias comunidades del municipio y dejó sin los servicios básicos a miles de pobladores del sector.
Tras el derrumbe de unos dos kilómetros de la montaña, la quebrada Piedras Amarillas se desbordó y dañó varias propiedades de los barrios Villa Escondida, El Pedregal, San Francisco, La Victoria y Aurora, por donde corre el cauce del afluente.
La alcaldesa del municipio, Mila de Lara, afirmó que hay decenas de familias damnificadas y cuantiosos daños. Le piden al Gobierno que les ayude porque son un municipio pequeño y pobre.
“Ni cuando sufrimos con el huracán Mitch tuvimos los destrozos con la quebrada; nos sorprendió la noche del lunes cuando a las 7.30 de la noche nos avisaron del problema en la parte del barrio Villa Escondida, donde el agua se desbordó, llevándose de encuentro árboles y entrando en las viviendas del sector”, lamentó Lara. Desde que empezó la tormenta, la energía eléctrica se interrumpió por los árboles caídos que también ocasionaron destrucción en las redes y postes.
El servicio de agua potable dejó de funcionar. Se rompieron varias tuberías desde la zona donde se capta el vital líquido que provee la quebrada. “La destrucción vino desde la parte alta, donde están las pilas”, dijo la alcaldesa.
La funcionaria aseguró que han pasado más de veinte años sin tener una emergencia de ese tipo en el municipio, pero las autoridades del Comité Permanente de Contingencias, Copeco, ya tienen el informe de lo que ocurrió en el municipio.
Las aldeas en la montaña están en similares condiciones.
“Copeco ya tiene conocimiento del problema y estamos esperando que la energía se restablezca en todo el municipio”, declaró.
Cuantiosos daños
En el barrio Flores del Milagro, sector de El Cedral, una pequeña casa cercana al lugar del derrumbe fue arrasada por la tierra hasta destruirla.
Además, un turismo fue arrastrado por las corrientes de la quebrada en el barrio El Pedregal y se lo llevaron unas seis cuadras al este de la ciudad.
El trabajo de la comunidad y las fuerzas vivas de Las Vegas empezó desde la misma noche de la emergencia, bajo la tormenta, para evitar que el centro del municipio quedara totalmente incomunicado.