La La Granja había dos bandas, en la San Francisco, una banda, y en la colonia Kennedy había otra. Hay bandas dedicadas a la extorsión del transporte público y otras dedicadas al robo de vehículos y al secuestro.
Hay bandas de sicarios, donde hay policías que tienen sicarios a su servicio, bandas en el sur y norte del país y él -Ramírez- por muchos años fue jefe de inteligencia policial”, dijo la rectora, que en su intervención reclamó por la falta de decisión de los jefes policiales para ordenar la casa y sacar de sus filas a quienes están coludidos en varios delitos.
Castellanos pidió a los uniformados que cumplan su función para combatir el delito.
“Sabían lo que pasaba”
Para la rectora de la Unah, la Policía cuenta con unidades de inteligencia y contrainteligencia porque conoce a fondo la realidad de la institución y no se explica cómo, conociendo lo que ocurría internamente, nunca tomaron acciones.
“El jefe de inteligencia de la Policía tiene el servicio de contrainteligencia y él sabe lo que estaba pasando en su institución y los crímenes en los que está involucrada la Policía.
Lo que ocurre es responsabilidad de los mandos superiores porque no tuvieron la responsabilidad de cumplir su deber y exigir una investigación. Cuando dirigí el Observatorio de la Violencia recuerdo que en algunas reuniones les preguntaba si no tenían un mapeo de las bandas del crimen organizado que había en el país, pero debo admitir que en ese momento no me imaginaba que la Policía estaba en estas bandas”.
La funcionaria explicó que manejaban información de que eran bandas de personas no policiales.
Las bandas
“En el caso de la banda de La Granja, todas las personas ahora dicen lo que pasaba en La Granja y usted mismo -Ramírez- asintió con la cabeza cuando le manifesté que esas bandas existían.
Cuando asesinan a los tres policías el lunes después de la muerte de Alejandro -hijo de la rectora- y de David -su amigo-, ese mismo día hubo gente que dijo que estaban vinculados con la muerte de mi hijo y su amigo.
Sin embargo, hubo gente que me dijo inmediatamente que no, que eran policías que andaban cobrando el impuesto que pagan los que venden droga y que se lo habían tomado ellos esa misma madrugada, lo habían gastado en bebidas alcohólicas.
Llamaron a la persona para ir por más dinero porque se lo reportaban a un oficial de policía ese dinero y no podían ir sin él”, expuso la rectora.
Castellanos aseguró que los jefes policiales saben quiénes operan en los barrios y quiénes están en las colonias. “Ahora la pregunta es por qué ustedes lo permitieron y por qué usted (Ramírez del Cid) permitió que la Policía llegara a ese grado de deterioro”.
Engaño
La falta de información sustentada en los procesos de investigación, no solo en la muerte de los dos universitarios, sino de otros y hasta de los crímenes de veinte oficiales de la Policía exige, según la rectora, que envíen la documentación porque, si no, serían cómplices de los agentes involucrados en ilícitos.
“El lunes fuimos con las dos señoras viudasLea más noticias de Honduras