San Pedro Sula, Honduras.
Caminar por las calles oscuras de la ciudad significa un riesgo para los sampedranos, pero también para los agentes policiales. La penumbra favorece a los delincuentes.
Los sampedranos lanzan un llamado de alerta por la oscuridad en las calles y se sienten impotentes porque pese a pagar una tarifa por alumbrado público, cada mes viven absoluta oscurana.
Los voceros de los cuerpos policiales aseguran que se hacen esfuerzos en conjunto con los patronatos para gestionar lámparas, pero no han obtenido respuesta.
Jorge Rodríguez Montoya, vocero de la Policía, dice que con la Policía Comunitaria de las diferentes unidades metropolitanas se trabaja con algunos patronatos sobre las zonas oscuras.
Se envían solicitudes de los patronatos a la Enee, pero muchas veces no se logra nada. “En algunos lugares como Chamelecón y la Rivera Hernández han comenzado a cambiar las luminarias, pero otros sitios están a oscuras. Se procura que se cometan menos delitos”, refiere Rodríguez.
La autoridad detalla que las personas deben evitar transitar por calles oscuras para evitar hechos delictivos. “En lugares oscuros han ocurrido hasta violaciones, robos y han herido personas” indica el vocero. Asegura que para la Policía es complicado perseguir en zonas donde el alumbrado público no funciona. “A veces los delincuentes conocen el lugar y eso es un aspecto negativo para nosotros”, manifiesta.
Jhony Estrada, presidente de la colonia La Providencia en Chamelecón, dice que en su sector hay 93 lámparas en mal estado de 132 existentes.
Detalla que se le mandó solicitud a los encargados de la Enee y no les han hecho caso.
Pese a que pagan alumbrado público, la Enee les dice a los pobladores que compren las lámparas y que ellos las colocan.
Revela que algunos empresarios colaboran con la compra de luminarias. “Con esas calles a oscuras estamos a merced de la delincuencia. Nuestra situación es tremenda. Nos asaltan en la calle, en las unidades de transporte y a las 7:00 pm ya no se puede caminar por esas vías”, refiere.
Samuel Madrid, comisionado de Seguridad Municipal, reconoce que la falta de iluminación afecta a muchos pobladores de la zona porque la delincuencia va en aumento. “Sabemos que la Municipalidad está haciendo su parte y se trabaja en un inventario, pero el problema es grande”, señala. Según el comisionado, las personas no pueden estar pagando alumbrado público cada mes y también comprando luminarias para que la Enee vaya solo a instalarlas.
José Antonio Coello, portavoz de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina), explica que se realizan coordinaciones con integrantes de la alcaldía para desarrollar el análisis de algunas zonas peligrosas que necesitan iluminación.
“Hay zonas que por la falta de iluminación se prestan para asaltos a las personas especialmente a mano armada”.
Mientras se realizan diagnósticos y estudios, hay colonias en distintos sectores que tienen lámparas en mal estado desde hace dos años y han realizado recolectas para cambiarlas. Otras zonas, como en la Montefresco, han perdido la esperanza.
Caminar por las calles oscuras de la ciudad significa un riesgo para los sampedranos, pero también para los agentes policiales. La penumbra favorece a los delincuentes.
Los sampedranos lanzan un llamado de alerta por la oscuridad en las calles y se sienten impotentes porque pese a pagar una tarifa por alumbrado público, cada mes viven absoluta oscurana.
Los voceros de los cuerpos policiales aseguran que se hacen esfuerzos en conjunto con los patronatos para gestionar lámparas, pero no han obtenido respuesta.
Jorge Rodríguez Montoya, vocero de la Policía, dice que con la Policía Comunitaria de las diferentes unidades metropolitanas se trabaja con algunos patronatos sobre las zonas oscuras.
Se envían solicitudes de los patronatos a la Enee, pero muchas veces no se logra nada. “En algunos lugares como Chamelecón y la Rivera Hernández han comenzado a cambiar las luminarias, pero otros sitios están a oscuras. Se procura que se cometan menos delitos”, refiere Rodríguez.
La autoridad detalla que las personas deben evitar transitar por calles oscuras para evitar hechos delictivos. “En lugares oscuros han ocurrido hasta violaciones, robos y han herido personas” indica el vocero. Asegura que para la Policía es complicado perseguir en zonas donde el alumbrado público no funciona. “A veces los delincuentes conocen el lugar y eso es un aspecto negativo para nosotros”, manifiesta.
Jhony Estrada, presidente de la colonia La Providencia en Chamelecón, dice que en su sector hay 93 lámparas en mal estado de 132 existentes.
Detalla que se le mandó solicitud a los encargados de la Enee y no les han hecho caso.
Pese a que pagan alumbrado público, la Enee les dice a los pobladores que compren las lámparas y que ellos las colocan.
Revela que algunos empresarios colaboran con la compra de luminarias. “Con esas calles a oscuras estamos a merced de la delincuencia. Nuestra situación es tremenda. Nos asaltan en la calle, en las unidades de transporte y a las 7:00 pm ya no se puede caminar por esas vías”, refiere.
Samuel Madrid, comisionado de Seguridad Municipal, reconoce que la falta de iluminación afecta a muchos pobladores de la zona porque la delincuencia va en aumento. “Sabemos que la Municipalidad está haciendo su parte y se trabaja en un inventario, pero el problema es grande”, señala. Según el comisionado, las personas no pueden estar pagando alumbrado público cada mes y también comprando luminarias para que la Enee vaya solo a instalarlas.
José Antonio Coello, portavoz de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina), explica que se realizan coordinaciones con integrantes de la alcaldía para desarrollar el análisis de algunas zonas peligrosas que necesitan iluminación.
“Hay zonas que por la falta de iluminación se prestan para asaltos a las personas especialmente a mano armada”.
Mientras se realizan diagnósticos y estudios, hay colonias en distintos sectores que tienen lámparas en mal estado desde hace dos años y han realizado recolectas para cambiarlas. Otras zonas, como en la Montefresco, han perdido la esperanza.
