Con las caras pintadas, estrafalarios atuendos y grandes zapatos, centenares de payasos de América Latina y Estados Unidos se reunieron en Guatemala para perfeccionar su arte: reír es una cosa seria.
El bullicio de silbatos, trompetas y carcajadas sorprendieron a decenas de transeúntes este pasado martes en una de las principales calles del centro histórico de la capital, cuando los payasos recorrieron casi dos kilómetros para inaugurar su IV Congreso Latinoamericano que culminó el jueves.
“Ser payaso es cosa seria”, gritaban en coro los alegres y entusiastas artistas de la risa, quienes vestían sus mejores trajes multicolores.
Bomberos, piratas, policías, soldados, así como superhéroes de Hollywood figuraban en la larga lista de personajes, la mayoría originales. Otros mostraron sus destrezas circenses con malabares o subidos en diminutos monociclos o en los clásicos zancos de un metro de altura.
Durante el recorrido, los payasos animaron a los espectadores con bromas o se tomaron fotografías con cámaras, teléfonos celulares o tabletas para subir las imágenes a las redes sociales.
“La idea (del Congreso) surgió hace cuatro años en Guatemala para fomentar la hermandad entre países”, comentó Colorín, uno de los organizadores, quien agregó que asisten artistas de Honduras, Costa Rica, Perú, El Salvador, México, Puerto Rico, República Dominicana y Venezuela, así como de Estados Unidos.
“Es algo muy padre (bueno) por la convivencia, porque venimos a compartir y aprender”, dijo el payaso Charrito, uno de los 18 mexicanos en el Congreso y cuya comitiva fue una de las más alegres del desfile, con un personaje de una jirafa.
“La misión de esta convención son tres cosas: compartir, aprender y divertirnos, porque hacer reír es una cosa seria”, comentó el bufón salvadoreño Tomy Quin en el Paseo de La Sexta, la principal vía de la ciudad, convertida en calle peatonal.
Risas y felicidad
“El payaso hace reír al hombre, pero solo Dios lo puede hacer feliz”, apuntó su compañero de espectáculo, Cheverito, con quien desde hace tres años anima fiestas y cumpleaños en El Salvador.
“Es algo extraordinario, ser payaso es un arte porque hacer reír a la gente es un don”, comentó el mago Mr. Dory, nombrado mariscal del desfile. “Es una actividad que sirve para unirse, para hacer conciencia porque el artista es paz”, agregó Mr Dory, un guatemalteco sexagenario que lleva más de 36 años en el espectáculo y ha participado en concursos en Chile y México.
La alegre caminata concluyó en la Plaza de la Constitución, donde instalaron una tarima de metal y madera para posar en la “foto oficial”, cuyo fondo fue el Palacio Nacional de la Cultura, antigua casa del Gobierno de Guatemala. El IV Congreso Latinoamericano de Payasos reunió a más de 350 artistas, para intercambiar experiencias sobre los escenarios, con el fin de perfeccionarse y profesionalizarse en su oficio de llevar alegría, sobre todo a los pequeños.
Entre las áreas donde buscan perfeccionar sus habilidades figuran las categorías de pintacaritas, malabares, maquillaje, globoflexia, magia cómica y, por supuesto, la actuación e improvisación.
Durante el Congreso también hubo exposición y venta de implementos para payasos, talleres sobre maquillaje, vestuario, pintacaritas, magia cómica, globoflexia, creación de rutinas, sketch de payasos, concursos para fiestas infantiles y consejos para presentar espectáculos de circo, con mensajes cristianos y en calle, así como clases de ventriloquía.
Se llevaron a cabo también conferencias de mercadeo, videoforos y enseñanzas para payasos cristianos, en las que se enseñaron las nuevas técnicas de actuación para presentaciones con mensajes bíblicos.
En la actividad participaron artistas de distintas ramas, entre ellas circenses, payasos, magos, mimos, ventrílocuos, zanqueros, malabaristas, actores de teatro, organizaciones artísticas y personas interesadas en este arte.
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