Los rayos de sol traspasan con dificultad el denso bosque del Parque Nacional Cerro Azul Meámbar, Panacam. Un sitio único adonde se combina flora y fauna exuberante, una biodiversidad que impresiona.
Ubicado a 2,080 metros sobre el nivel del mar, el cerro luce imponente mostrando un color azulado que refleja misterio y riqueza natural.
Su fama ha traspasado fronteras y es visitado por turistas que disfrutan del impresionante panorama que comprende el Lago de Yojoa y una vista única del Valle de Sula.
Ubicado en la zona central de Honduras entre los municipios de Siguatepeque, Taulabé y Meambar en el departamento de Comayagua y el municipio de Santa Cruz de Yojoa en el departamento de Cortés, el Cerro Azul Meámbar fue declarado Parque Nacional mediante decreto Legislativo 87-87 en 1987.
Para disfrutar Panacam “desde adentro” hay que tomar el desvío de La Guama en la carretera entre San Pedro Sula - Tegucigalpa y recorrer unos siete kilómetros. Con una extensión de 31,339 hectáreas, el parque está muy bien manejado gracias al esfuerzo compartido del proyecto Aldea Global, las municipalidades de Santa Cruz de Yojoa, Siguatepeque, Meámbar y Taulabé y el Instituto de Conservación Forestal, ICF.
Pero en ese convenio de comanejo, las comunidades que viven en la zona de amortiguamiento del parque también juegan un papel importante. Son unas 63 comunidades que participan porque se debe crear conciencia de la riqueza natural que tienen y por ello se han emprendido una serie de proyectos para que las familias mantengan a sus familias sin afectar la reserva.
El trabajo en el lugar fue premiado en 2009 cuando Aldea Global recibió el premio nacional del ambiente por el esfuerzo que realizan en la protección y manejo del Parque Nacional.
El Supervisor Nacional de Proyectos de Aldea Global, Felipe Reyes, manifiesta que el parque tiene varios componentes en la parte de protección y conservación y en turismo se ha desarrollado un centro de visitantes para que los turistas puedan conocer y disfrutar de la riqueza natural.
Los registros muestran que quienes más llegan a ese paradisiaco lugar son los habitantes de la zona central y norte del país; pero también hay abundancia de turistas extranjeros procedentes de Estados Unidos, Canadá y Europa. Los salvadoreños y guatemaltecos también aprovechan sus vacaciones para conocer la biodiversidad del Panacam que es muy rica porque existen unas 122 especies de aves, 35 especies de mamíferos de las cuales 7 se encuentran en peligro de extinción, 27 especies de anfibios, 20 especies de reptiles y 28 especies de mariposas. Además hay fotografías recientes de especies felinas, como el jaguar, que viven en el espeso bosque donde la temperatura normal es entre 15 y 16 grados.
Reyes detalla que el atractivo principal de Panacam es la montaña, bosque nublado, fauna, flora exuberante. Explicó que Aldea Global es la entidad encargada de organizar o coordinar la conservación del Panacam.
Hay instituciones que ayudan con la investigación, lo que ha dado pie para saber qué tipo de biodiversidad existe y la generosidad de la naturaleza.
“Se han instalado cámaras automáticas con apoyo de la Fundación Pantera en la parte alta del parque y se han descubierto varios huéspedes que nos contaban que existían pero no había evidencia”
Gracias a las cámaras de sensores de calor aparecieron animales como el jaguarundi, tigrillo, puma, y ocelote. Según los encargados del parque, es la única área protegida con cuatro de los cinco felinos existentes en Honduras.
Colibríes
En Honduras hay 41 especies confirmadas de colibríes; en Cerro Azul se han visto 17 según los últimos registros Roberto Gallardo, experto en avistamientos de aves.
El costo por visitar el parque es bajo. Si desea recorrer los senderos - unos ocho kilómetros - para escuchar el canto de los pájaros, conocer las cascadas, sólo se tienen que pagar cuarenta lempiras para ingresar.
Pero si quiere utilizar el servicio del hotel de montaña “Los Pinos Panacam Logde” los costos son entre 300 y 900 lempiras; si únicamente desea utilizar el área de acampar paga 120 lempiras. Hay un área especial de campin con toda la seguridad requerida. Hay un restaurante que ofrece comida típica hondureña y también internacional para todos los gustos.
Pero sin duda, el trabajo para proteger el parque requiere de sacrificio y esfuerzo porque necesita de mucha inversión; y como el trabajo en protección de parques es caro y no se ve, muchas organizaciones no están dispuestas a invertir. “Somos uno de los parques mejor evaluados en el país, tenemos evaluaciones y cada cinco años se está renovando el convenio de comanejo”, dice Reyes.
Un esfuerzo grande
Las amenazas del parque siguen siendo la cacería y extracción ilegal de especies de fauna silvestre, prohibidas por la ley. Pero según los encargados del parque, el principal problema es el avance de la frontera agrícola, lo cual ocasiona la tala del bosque y la pérdida de la biodiversidad. Para evitarlo, Proyecto Aldea Global está trabajando con proyectos para las familias que están alrededor del parque.
Se están ejecutando proyectos de especies menores consistentes en apoyar a las familias con crianza de cerdos y gallinas para que generen ingresos y puedan mantener a sus familias.
“Pero lo más importante es que trabajamos educando a la gente para crear conciencia de la riqueza que tenemos y las razones por las cuales debemos protegerla”, expuso Gabriela Tróchez, la administradora de Panacam Lodge.