Ayer a las dos de la mañana se sintió el último de los temblores que desde el sábado han afectado a Honduras.
En la zona más afectada, entre los departamentos de Yoro y Francisco Morazán, nadie duerme. ¿Y cómo hacerlo? Al norte de Francisco Morazán, por ejemplo, los temblores y las réplicas han dejado 17 comunidades afectadas, por lo menos 1,073 personas damnificadas, 18 lesionados y la tribu Nuevo Paraíso que perdió completamente sus viviendas. En Yoro, la situación no es diferente y ya se reportan más de 200 familias afectadas y los datos recabados por la Comisión Contingente de Emergencias, Copeco, siguen en aumento.
La corporación municipal hizo una declaratoria de emergencia municipal que le permita acceder a algunos fondos. Copeco ha destinado 40 mil lempiras para la logística rehabilitación y atención humanitaria a las comunidades a las que les ha tocado moverse de sus lugares porque la tierra bajo ellos así lo hace. Pero no sólo está Copeco. También se están sumando las Fuerzas Armadas, el PMA, la Iglesia Católica y las alcaldías aledañas al municipio que han estado apoyando con suministros, logística y víveres para la entrega de raciones.
Esas instituciones han enviado alimentos, frazadas, colchonetas, kits de higiene, de cocina y medicamentos que están siendo distribuidos a través del centro de salud de Marale que ya se puso en contacto con la Secretaría de Salud. Se enviarán psicólogos para tratar el choque emocional de la población, mayoritariamente pobre, que está decaída y preocupada porque no sabe a qué hora se va a producir el siguiente movimiento. ¿Y cómo no? Algunos ni siquiera podrán volver a sus casas porque las autoridades han dicho que comunidades como El Paraíso, Playa Grande y Guadalupe, tienen que considerar ser reubicadas por el peligro.
Daños
En Yoro se ha hecho la revisión de las comunidades afectadas, a muchas de las cuales se accede a pie.