Cada vez que llega abril, William Gray emerge de su reducto en las Montañas Rocosas para ofrecer su pronóstico sobre la temporada de huracanes de seis meses que comenzó el 1 de junio. Y los medios están allí a la espera de su dictamen.
Pero no faltan los escépticos, entre ellos Craig Fugate, director de Emergencias de la Florida, el estado que se vio abatido por cuatro huracanes en 2004. En cuanto a la preparación, dice, estos pronósticos a largo plazo 'no sirven para nada'.
La agencia de noticias AP entró en contacto con las agencias de emergencias en todos los estados costeros desde Texas hasta Maine para preguntarles si estos pronósticos desempeñaban algún papel en sus preparativos. Su respuesta fue unánime: son un medio especial para hacer que la gente piense en la temporada inminente, pero nada más.
Aun la compañía de seguros que ayuda a financiar la tarea de Gray admite que los pronósticos no tienen valor real para sus operaciones.
Desde que el ex climatólogo de la Universidad Estatal de Colorado fue pionero de los pronósticos de temporada en 1984, otros lo han imitado.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, el Consorcio de Riesgo de Tormentas Tropicales, en Londres y el Laboratorio de Dinámicas Costeras, se encuentran entre los organismos que intentan anticipar la temporada de tormentas con semanas o meses de anticipación. Los críticos se han preguntado si estos pronósticos son más perjudiciales que útiles.
Es cierto que pueden pronosticar una temporada por encima o por debajo del promedio, y aun pronosticar la probabilidad de que una tormenta grande haga impacto en algún sitio de las costas estadounidenses. Pero más allá de eso, no están prometiendo nada.
Desde el comienzo, Gray ha hecho aclaraciones diciendo que los pronósticos 'sólo pueden predecir un 50% de la variabilidad total de la actividad durante la temporada de huracanes en el Atlántico'.
Equipos de científicos han desarrollado modelos de computadora que enfatizan las diferentes condiciones: desde la salinidad del océano hasta la cantidad de lluvia en el Africa Occidental, pasando por las manchas en la superficie del Sol y las influencias de la corriente de agua templada en el Pacífico conocida como El Niño.
Cuando Gray entró en escena hace un cuarto de siglo, algunos se preguntaban si alguien a 3.200 kilómetros del Atlántico pronosticaba huracanes. Pero sea como fuere, sus predicciones se popularizaron.
Los reporteros indican cuando Gray se equivoca. Ese fue el caso de 1989 cuando pronosticó una temporada relativamente tranquila con sólo cuatro huracanes. Pero hubo siete, y cuatro tormentas tropicales dejaron 84 muertos en EUA.
Inquietud popular
'Cada vez que voy a una conferencia, la gente viene a preguntarme qué temporada vamos a tener', dijo Max Mayfield, ex director del Centro de Huracanes en Miami.
Ocurrió en 1992
Los pronosticadores dijeron que ese año sería una temporada de pocos huracanes, y así fue con sólo seis tormentas. Pero la primera de ellas fue el huracán Andrew.