Su mejor carta de presentación es la sencillez, y su trabajo en el municipio de Teupasenti, El Paraíso, lo respalda.
Luego de tres períodos consecutivos al frente de la comuna, el doctor Nery Cerrato ha decidido buscar una curul en el Congreso Nacional, y de conseguirla, tendrá que dejar la presidencia de la Asociación de Municipios de Honduras (Amhon).
Su especialidad es la pediatría y antes de ser padre de familia intentó ser sacerdote. Cree que tenía la vocación para serlo.
Soy un hijo de tierra adentro. Mis padres me criaron en un ambiente rural. Heredé de mi papá ser un buen conversador.
Sí, caminaba cinco kilómetros todos los días para ir a la escuela. Íbamos en grupo, en medio de la vegetación y los cantos de los pájaros. En la tarde regresaba a ayudar a mi papá.
Al terminar la primaria no había colegio y un sacerdote me invitó a seguir estudiando en el seminario San José. Mis papás se separaron y mi mamá nos trasladó al área urbana. Tenía 13 años. Soy el séptimo de 10 hermanos.
Estudié en el Seminario Menor y al tomar el año del discernimiento, el arzobispo Óscar Andrés Rodríguez, hoy cardenal, me preguntó qué haría en ese año. Le dije que trabajaría y estudiaría. Ahí me decidí por la medicina.
Mi abuela murió de cáncer y vi todo su proceso. Me impactó mucho. En el seminario también yo era el encargado del botiquín, y creo que esos detalles me orientaron hacia la medicina.
Me formó el carácter. Había un horario para todo. Mucha disciplina. Un horario para levantarse, para orar, asistir a clases, hacer tareas del seminario, lavar ropa, asear las instalaciones, bañarse. Practiqué deportes también.
Hay cuatro sacerdotes de mi promoción. Uno de ellos es el padre José Antonio Salinas, el padre Toni, muy brillante.
Muy pocas clases porque venía llegando de Guatemala. Es una personalidad que ha formado a muchos sacerdotes de la iglesia.
Inicialmente éramos 21. Se fueron yendo poco a poco. Siete pasaron al seminario mayor y de ellos, solo cuatro son sacerdotes.
Pude ser sacerdote, pero no logré renunciar al matrimonio, a la familia. Ahora que soy padre me pongo a pensar que si soy bueno la responsabilidad es grande.
Sigo formando parte. He sido delegado de la Palabra de Dios, legionario más antes.
Ser alcalde me ha ayudado a estar cerca de la gente, igual que los sacerdotes.
Tengo cinco hijos, todos varones. El mayor tiene 32 y el menor nueve. No me doy todos los pergaminos como padre de familia, la gestión pública nos hace descuidar a la familia muchas veces.
Creo que el pequeño, pero dice que no. Yo es que lo veo tan bueno, muy dado a ayudar. Es brillante en su relación con los demás.
A mi padre no le gusta que yo diga estas cosas, pero recuerdo que cuando estaba pequeño, mi mamá me mandaba a comprar queso, cuatro onzas para ocho. Ajustaba para todos. Usé mi primer par de zapatos hasta que llegué a sexto grado.
En esa época, la mayoría de varones no usaban zapatos, pero una vez un compañero que ahora es abogado me preguntó por qué no usaba. Le pregunté a mi mamá y ella se conmovió.
Pediatría, la saqué aquí en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. He trabajado mucho con la gente de mi municipio, pero estudié la especialidad para tener mejores oportunidades laborales.
Sí, en Teupasenti, ahí está mi plaza. Siendo alcalde me apego a un decreto de quienes ejercen la docencia o un trabajo en Salud y tiene un cargo de elección popular, definir uno de los dos salarios.
El de mi profesión. Siempre doy consulta aún teniendo una licencia. Soy responsable del sistema de atención primaria en salud de mi municipio. Tenemos una red única en Teupasenti.
Los fines de semana, solo que ahora ya no cobro, los atiendo hasta en la Municipalidad. Siempre ando el botiquín.
Me han reclamado los que no votan por mí. Me dicen que me quieren como médico, pero no como político. Trato por todos los medios de no descuidar ninguno de los cargos. Tengo un gran vicealcalde.
Estoy en mi tercer período de alcalde, pertenezco al Partido Nacional. Busco una diputación por El Paraíso.
Espero que el Partido Nacional revise mi hoja de vida y me puedan dar una oportunidad en la administración pública.
Aún pago mi casa. Mi esposa no trabaja, pero es enfermera. Nos conocimos en la Universidad, ahí nos enamoramos, salió embarazada y no volví al seminario (risas).
Esas son las sombras que se han dado sobre las autoridades municipales. Durante los últimos años he experimentado esa dolorosa experiencia, tener alcaldes detenidos como nunca antes.
En este momento tenemos seis. Lo que llama la atención de esto es que la causa que se les sigue tiene que ver más con acciones extramunicipales. No es en el ejercicio de sus funciones.