San Pedro Sula, Honduras.
Se le agota el tiempo a la comisión interventora del hospital Mario Catarino Rivas que seis meses atrás comenzó cambios en el centro asistencial más grande de la zona norte.
Dejando a un lado los problemas de desabastecimiento de medicamentos, los pacientes internos y familiares dicen que los cambios han sido buenos y los logros más destacados son la limpieza y la seguridad dentro del hospital.
“Ahora da gusto venir porque está limpio. Antes aquí apestaba, había basura por todos lados. No cambiaban ni la ropa de cama y recuerdo cuando estuvieron dos semanas sin limpiar y hasta los gusanos subían por las paredes. Eso no se ha vuelto a ver. Ahora se preocupan porque todo esté ordenado”, indicó Mónica Rivera, familiar de un paciente. Uno de los enfermos manifestó que sentía seguridad y ya no se escucha a personas quejarse por asaltos adentro del centro hospitalario.
Desafíos
“Desde que estoy aquí interno he visto militares las 24 horas y eso es bueno. No se ve gente ajena ni personas queriendo robar. Lo que podría faltar es otro método de visita porque hay días que no dejan entrar a mis familiares y por eso no me pueden venir a ver”, dijo Manuel Gálvez.
Lourdes Paz, otra paciente que llega con regularidad al Rivas, dijo que llega cada dos meses por un tratamiento en los riñones y “definitivamente hay buenos cambios, pero siempre hay cosas que se deben mejorar.
Los empleados son ahora más organizados en el área administrativa, pero en las emergencias o consulta externa siguen favoreciendo a conocidos o amistades de los doctores y enfermeras. De nada sirve que uno haga grandes filas si van a pasar otras personas antes que los que estamos ahí”.
Las autoridades del hospital han reconocido que una de las mayores dificultades es el desabastecimiento porque pese a que estuvieron llegando durante el año no pudieron estar abastecidos al 100% en ningún momento.
Se le agota el tiempo a la comisión interventora del hospital Mario Catarino Rivas que seis meses atrás comenzó cambios en el centro asistencial más grande de la zona norte.
Dejando a un lado los problemas de desabastecimiento de medicamentos, los pacientes internos y familiares dicen que los cambios han sido buenos y los logros más destacados son la limpieza y la seguridad dentro del hospital.
“Ahora da gusto venir porque está limpio. Antes aquí apestaba, había basura por todos lados. No cambiaban ni la ropa de cama y recuerdo cuando estuvieron dos semanas sin limpiar y hasta los gusanos subían por las paredes. Eso no se ha vuelto a ver. Ahora se preocupan porque todo esté ordenado”, indicó Mónica Rivera, familiar de un paciente. Uno de los enfermos manifestó que sentía seguridad y ya no se escucha a personas quejarse por asaltos adentro del centro hospitalario.
Desafíos
“Desde que estoy aquí interno he visto militares las 24 horas y eso es bueno. No se ve gente ajena ni personas queriendo robar. Lo que podría faltar es otro método de visita porque hay días que no dejan entrar a mis familiares y por eso no me pueden venir a ver”, dijo Manuel Gálvez.
Lourdes Paz, otra paciente que llega con regularidad al Rivas, dijo que llega cada dos meses por un tratamiento en los riñones y “definitivamente hay buenos cambios, pero siempre hay cosas que se deben mejorar.
Los empleados son ahora más organizados en el área administrativa, pero en las emergencias o consulta externa siguen favoreciendo a conocidos o amistades de los doctores y enfermeras. De nada sirve que uno haga grandes filas si van a pasar otras personas antes que los que estamos ahí”.
Las autoridades del hospital han reconocido que una de las mayores dificultades es el desabastecimiento porque pese a que estuvieron llegando durante el año no pudieron estar abastecidos al 100% en ningún momento.