“Solamente de este fruto no has de comer porque morirás”. La advertencia bíblica parece tener vigencia también en el moderno edén de Lancetilla donde hay especies que por ser venenosas, están “para ver y no tocar”.
De hecho, la doctora Dorothy Popenoe, esposa de Wilson Popenoe, fundador de este paraíso, murió por haber comido la Bligia Sapida, una fruta que en su estado de madurez es deliciosa e inofensiva pero estando verde, es mortífera. La tumba de la doctora Popenoe se encuentra en un lugar apartado de Lancetilla donde recibe, como ofrenda, la fresca brisa de la gran cantidad de plantas, ornamentales, frutales y medicinales que forman sus parajes. Wilson Popenoe era lo que se podría llamar ahora, “un hombre renacentista”; escritor, investigador agrícola, humanista, diplomático y arqueólogo aficionado.
Escogió el Valle de Lancetilla, muy cerca de la ciudad de Tela, por sus diferentes tipos de suelos y microclimas, para montar una estación experimental por encargo de la Tela Railroad Company. Bajo su dirección, cerca de un millar de especies distintas de plantas fueron estudiadas, mejoradas y posteriormente, distribuidas por toda América y el mundo. Lancetilla posee colecciones más extensas de frutas nativas, asiáticas y de Oceanía en América Tropical, incluyendo la plantación más grande de mangostinos, una de las frutas más exquisitas del mundo, dice su director Ciro Navarro.
El jardín incluye árboles frutales de diversos continentes, como el Keppel Fruit, que actúa como desodorante interno del cuerpo; el Mata Sabor o Quita Sabor que hace que todo tipo de comestibles se sienta con sabor dulce.
En el Jardín también se encuentran las venenosas frutas de Estricnina y Akee, lo mismo que la Nuez Venenosa, las cuales son fácil de identificar por el rótulo de advertencia que hay al pie de la planta.
Aves y árboles
Observadores de aves que visitan Lancetilla son recompensados con la vista de pájaros llamativos, no comunes y raros. Diversas especies de trogones motmots, oropéndolas y tucanes son comunes.
Un observador persistente podría observar al Pajuil brincando entre las ramas de un árbol, listo para alzar vuelo ante el menor ruido. Los diversos habitats que se encuentran en la Reserva Forestal en el Jardín Botánico, son los secretos de este paraíso en donde uno puede ver más de 200 especies diferentes de aves hasta ahora identificadas.
Especies como la palma africana de aceite, el árbol de caucho y el de quina (del que se extrae el remedio para la malaria), fueron estudiadas por Popenoe en este pequeño valle de Honduras. Lancetilla es una visita obligada cuando se llega a la ciudad de Tela. Su belleza sólo se visualiza al estar ahí, recorriendo sus senderos y aprendiendo como la visión de un hombre, ha permanecido tras tantos años.