La Esperanza, Honduras.
Cubierta por la neblina y a merced de ráfagas de viento amaneció ayer La Esperanza, Intibucá.
Los pobladores de este municipio se despertaron con el termómetro marcando entre los 11 y 14 grados centígrados, temperaturas comunes en la zona; sin embargo, las masas de aire frío y el rocío que descendía hizo que la sensación térmica bajara.
El severo clima no impidió que los habitantes de esta pintoresca ciudad, asentada en el occidente del país, realizaran sus actividades diarias. En el centro, los diferentes negocios y puntos de venta abrieron antes de que saliera el sol, preparándose para iniciar un día más de trabajo en medio de un manto de neblina.
Conforme pasaron las horas, las calles empezaron a tomar vida con el tránsito de los pobladores, quienes para protegerse del
fresco clima portaban bufandas, gorros, guantes y suéteres.
“Para uno, esto -bajas temperaturas- es normal, aunque no por eso deja de ser difícil soportarlo. Hay días que nos levantamos y encontramos el agua de la pila congelada, no es ningún mito. Aquí puede salir el sol, pero nunca sentirá calor”, dijo la vecina Dolores Reyes.
Agricultura
Alrededor de 19 productos se cultivan en La Esperanza. Sus tierras son ideales para la siembra de papa, fresa, aguacate, lechuga, repollo, manzana, melocotón, entre otros.
Héctor García, técnico de producción de semilla certificada en campo de la
Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), indicó que hasta el momento las bajas temperaturas no han afectado la producción agrícola en la región, la cual está conformada por más de seis mil productores.
Las bajas temperaturas combinadas con la humedad provocan que las siembras de papa y aguacate sean atacadas por hongos como el tizón tardío, los que afecta su desarrollo e impacta directamente en la producción de la temporada.
“Tenemos pérdidas cuando esto pasa. Si esperamos un rendimiento de 300 quintales por una manzana, si las temperaturas permanecen por varios días, pueden perjudicar hasta en un 30 y 25% esa cosecha”, explicó García.
Enfermedades
Juana Flores, directora del centro de salud de La Esperanza, refirió que de octubre del año pasado a la fecha los resfriados comunes y neumonías han aumentado.
De ocho a 10 casos que se registran durante el verano, para este período se incrementan entre 12 y 15, siendo los más vulnerables los niños y personas adultas.
Cubierta por la neblina y a merced de ráfagas de viento amaneció ayer La Esperanza, Intibucá.
Los pobladores de este municipio se despertaron con el termómetro marcando entre los 11 y 14 grados centígrados, temperaturas comunes en la zona; sin embargo, las masas de aire frío y el rocío que descendía hizo que la sensación térmica bajara.
El severo clima no impidió que los habitantes de esta pintoresca ciudad, asentada en el occidente del país, realizaran sus actividades diarias. En el centro, los diferentes negocios y puntos de venta abrieron antes de que saliera el sol, preparándose para iniciar un día más de trabajo en medio de un manto de neblina.
| Durante la madrugada, los colores de La Esperanza quedan opacados por una gran capa de neblina.
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“Para uno, esto -bajas temperaturas- es normal, aunque no por eso deja de ser difícil soportarlo. Hay días que nos levantamos y encontramos el agua de la pila congelada, no es ningún mito. Aquí puede salir el sol, pero nunca sentirá calor”, dijo la vecina Dolores Reyes.
Agricultura
Alrededor de 19 productos se cultivan en La Esperanza. Sus tierras son ideales para la siembra de papa, fresa, aguacate, lechuga, repollo, manzana, melocotón, entre otros.
| Los agricultores se enfrentan a las frías temperaturas de la mañana para cultivar sus semillas.
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Las bajas temperaturas combinadas con la humedad provocan que las siembras de papa y aguacate sean atacadas por hongos como el tizón tardío, los que afecta su desarrollo e impacta directamente en la producción de la temporada.
“Tenemos pérdidas cuando esto pasa. Si esperamos un rendimiento de 300 quintales por una manzana, si las temperaturas permanecen por varios días, pueden perjudicar hasta en un 30 y 25% esa cosecha”, explicó García.
| El mercado, en el centro del municipio, ofrece diferentes productos a precios accesibles.
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Juana Flores, directora del centro de salud de La Esperanza, refirió que de octubre del año pasado a la fecha los resfriados comunes y neumonías han aumentado.
De ocho a 10 casos que se registran durante el verano, para este período se incrementan entre 12 y 15, siendo los más vulnerables los niños y personas adultas.
| Los locales aunque estén acostumbrado a las temperaturas frías no dejan de proteger su cuerpo.
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