15/12/2025
09:43 PM

La corriente de agua entró por la calle de los siete hermanos Guerra

  • Actualizado: 16 octubre 2007 /

Lo perdieron todo. Únicamente tienen la ropa que llevan puesta. Ayer regresaron a sus casas y la sorpresa fue enorme: todo estaba cubierto de lodo y nada podía recuperarse.

Lo perdieron todo. Únicamente tienen la ropa que llevan puesta. Ayer regresaron a sus casas y la sorpresa fue enorme: todo estaba cubierto de lodo y nada podía recuperarse.

El 13 de octubre será inolvidable para José Santos Flores, 79, y María Teresa Guerra, 59, sus siete hijos y sus 15 nietos.

En una sola calle

Por las casualidades de la vida, los padres y los siete hijos construyeron sus viviendas en una sola calle, pero nunca imaginaron que la fuerte corriente del río entraría, precisamente por esa vía, al sector de Guaruma Dos.

El agua saltó el bordo y siguió su rumbo entre las viviendas de los Guerra dejando a su paso dolor, terror e impotencia.

El sábado en horas de la tarde repentinamente observaron cómo la fuerte corriente venía hacia sus casas, salieron despavoridos a buscar refugio al centro comunal y a la escuela.

'Nosotros mirábamos hacia atrás y la corriente nos seguía', dice Teresa Guerra. Las siete familias quedaron sin nada, hasta los pequeños cultivos fueron devastados por el agua.

Dura realidad

Ayer sacaban sus camas, muebles llenos de lodillo, todo estaba inservible.

ARRASÓ El agua ingresó por esta calle a la comunidad de Guaruma Dos.

'Habíamos invertido dinero para construir las peceras, pero lo hemos perdido todo', dijo José Santos Flores.

Al igual que el resto de afectados, la familia Guerra lo que pide es que se les dé mantenimiento a los bordos porque su calvario fue producto de la falla en el bordo.

'Nosotros no esperábamos que el río ocasionara este desastre ya que no lo vivimos ni cuando la tormenta Félix', dice Erick José Guerra.

Cada uno de los siete hermanos limpiaba ayer su casa. Los niños aguardaban todavía en los albergues esperando que el sol secara el piso, que es donde dormirán mientras consiguen colchones y camas. La historia de los siete hermanos y sus padres es similar, comparten la desgracia, pero guardan esperanza. Todos huyeron de la llena a la misma hora y todos regresaron al lugar a la misma hora. Hoy unen esfuerzos para salir adelante y esperan que las personas de buen corazón les ayuden con ropa, calzado, alimentos, frazadas, colchones y leche para sus niños.

A LA ESPERA Algunas personas todavía permanecen en los albergues.