El Gobierno de Honduras anunció el lanzamiento del programa “Hermano, vuelve a casa”, que será implementado en los próximos días. Este plan incluye la entrega de un bono solidario, un programa alimentario y estrategias destinadas a generar empleo masivo para los connacionales deportados.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha ordenado deportaciones masivas de migrantes, priorizando a indocumentados con antecedentes de delitos federales.
Entre los casos recientes reportados por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), se encuentra el de Kevin Adith Torres-Velásquez, un hondureño detenido en Seattle con cocaína, fentanilo y un arma de fuego.
Asimismo, Osman Antonio Abelar Rubio, con antecedentes por conducir bajo los efectos del alcohol y cargos pendientes por asalto y posesión ilegal de armas, fue arrestado en Atlanta el pasado 25 de enero.
Las detenciones continúan, y aún no se ha confirmado si los deportados serán enviados a Honduras en vuelos comerciales o militares.
A pesar de las medidas anunciadas, diversos sectores han expresado dudas sobre la viabilidad del programa “Hermano, vuelve a casa”. Argumentan que el problema migratorio no se resolverá únicamente con un plan gubernamental que podría ser difícil de cumplir, sino con un cambio en las políticas diplomáticas hacia Estados Unidos.
“La única forma de impedir estas deportaciones masivas, porque los migrantes son clave para la economía, es fortaleciendo la diplomacia. Hay que abandonar el discurso confrontativo y cesar los intentos de denigrar o desprestigiar a la embajadora y al gobierno de Estados Unidos”, dijo el analista Héctor Pérez.
Pérez también señaló que el gobierno hondureño enfrenta un déficit presupuestario que pone en duda su capacidad para garantizar empleo, bonos y otras medidas prometidas, considerando que hay más de dos millones de hondureños residiendo en Estados Unidos.