“La mentira por sí misma no existe, solo existen personas cobardes que mienten y otras que les creen”, dijo en su mensaje el arzobispo José Vicente Nácher en la misa por el 278 aniversario del hallazgo de la Virgen de Suyapa.
Esta es la primera que preside como representante de la Iglesia Católica.
En la homilía, miles de hondureños católicos y extranjeros escuchaban con atención la prédica del líder religioso, congregándose con fe y devoción en la misa solemne que se llevó a cabo ayer a las 9:00 am en la Basílica Menor de Suyapa.
El arzobispo de Tegucigalpa recordó que en María de Suyapa solo hay una realidad, una verdad y un rostro: “El rostro del amor de Dios. En María solo hay una realidad: la santidad que vemos es la que vive en su corazón y sostiene sus brazos”.
En la misa estuvieron presentes la presidenta Xiomara Castro; Rebeca Ráquel Obando, titular del Poder Judicial, y Luis Redondo, presidente del Congreso Nacional. También asistió el alcalde Jorge Aldana, así como personal de las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional, el cuerpo diplomático y otras autoridades del país.
El prelado mencionó que en la Virgen de Suyapa no hay espacio para la falsedad, “ni siquiera esas llamadas mentiras útiles para no tener que dar muchas explicaciones”. Muchos hondureños recibieron con veneración el mensaje del arzobispo, quien expresó que “todos somos hijos e hijas de un mismo Dios y de una misma Madre”.
El arzobispo, en su mensaje, dijo: “No dejemos que la repetición de mensajes haga parecer la mentira como normal, inevitable o buena, porque no lo es”. En cambio, mencionó que, como la verdad viene de Dios, es integradora, fiel y amable.
Milagros
Desde todos los rincones del país llegan peregrinos a honrar a la Virgen de Suyapa, patrona de Honduras.
Algunos llevan flores, otros caminan de rodillas y elevan oraciones al cielo.
Cada paso de los peregrinos hacia la Virgen, los hace acercarse a la madre intercesora de milagros. Sujetando entre sus manos un hermoso ramo de flores, como una de las promesas que Bernarda Velásquez hizo a la Patrona de Honduras, narró su testimonio de sanación.
Por más de 20 años padeció de ceguera; no obstante, Velásquez nunca perdió la fe y le prometió a la Virgen que le llevaría las flores más lindas a cambio de su curación. “Le dije: ‘Virgencita, te llevaré las flores más bellas si me curas de mis ojos’”, dijo mientras hacía fila entre los peregrinos para dejar sus flores a la Morenita.
Su fe inquebrantable curó a doña Bernarda, quien ahora mira perfectamente.
“Desde hace dos años la virgencita me curó y ahora le estoy cumpliendo, llevándole flores frescas”, expuso la señora, quien llegó al templo desde Curarén, Francisco Morazán.
“Cuando llegué al hospital San Felipe, los médicos me dijeron que no tenía nada”, dijo doña Bernarda, lo que describió como un milagro de la Virgen.