Familiares de las cinco personas muertas y más de 25 heridas durante la estampida antes de la final entre Motagua y Honduras Progreso, causaron momentos de tensión tanto en el estadio Nacional como en el Hospital Escuela.
En el centro asistencial, la tensión fue máxima e incluso llevó a la agresión de los periodistas que trataban de confirmar la información de los heridos.
Los familiares, algunos de los cuales llegaban con heridos tras finalizar el partido, atacaron a los comunicadores luego de que las autoridades hospitalarias les pidieran orden para ingresar a la institución.
En las instalaciones de Medicina Forense, la situación fue más calmada, en donde los familiares de las víctimas mortales mantenían la resignación por el hecho.
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