TEGUCIGALPA
El sistema de salud de Honduras, ya debilitado, enfrenta nuevas amenazas con la aparición del virus de oropouche, la rabia y la viruela del mono.
Esto ocurre mientras el país aún se recupera de la crisis sanitaria provocada por el dengue, que ha causado la muerte de más de 160 personas, incluyendo 83 menores, y ha infectado a más de 130,000 personas.
En un lapso de 15 días, la Secretaría de Salud emitió dos alertas epidemiológicas, activando las alarmas, sin contar que ya se mantenían atentos a la llegada de la viruela del mono.
Aunque Honduras aún no ha registrado casos de viruela del mono en 2024, las alarmas se encendieron en agosto cuando una familia de cinco miembros presentó síntomas sospechosos en Lempira, que finalmente fueron descartados. A pesar de ello, el país permanece vigilante.
El 8 de septiembre, Salud declaró alerta epidemiológica ante el incremento de casos de fiebre de oropouche en varios países de América Latina. Hasta ahora no se han registrado casos en Honduras, pero se activaron los protocolos de emergencia para prevenir la llegada del virus.
La fiebre de oropouche provoca síntomas similares al dengue, y el mosquito que la transmite, conocido como jején, se reproduce de manera similar al vector del dengue. El epidemiólogo Tito Alvarado advirtió sobre la posibilidad de que la enfermedad esté presente en el país: “Este montón de casos que hemos llamado dengue, pero que no se han confirmado podrían ser oropouche”.
Cinco días después de esta primera alerta, Salud emitió otra, esta vez por rabia, tras la muerte de una niña de cuatro años en Quimistán, Santa Bárbara. La menor fue mordida por un murciélago el 7 de septiembre y, a los pocos días, presentó fiebre, dificultad respiratoria y otros síntomas. Falleció el 11 de septiembre en el hospital Mario Rivas de San Pedro Sula.
El diagnóstico de rabia fue confirmado con muestras post mortem, lo que elevó la preocupación en las autoridades sanitarias, ya que este se convirtió en el segundo caso de rabia de 2024.
El último caso de muerte por esta enfermedad se reportó el 21 de mayo de 2024 en Ocotepeque.
Frente al escenario de múltiples amenazas, la ministra de Salud, Carla Paredes, aseguró que se han tomado todas las medidas necesarias para evitar la propagación de estos virus. “Con el oropouche estamos en alerta al igual que con la viruela sísmica, estamos preparados para la respuesta, pero agradeceríamos y lo mejor sería que no lograse ingresar al país ninguna de las dos”.
Reconoció que Honduras es “el ombligo de América” y que compartir tantas fronteras coloca al país en un punto más crítico cuando de propagación de virus se trata.
Alvarado advirtió que con un sistema de salud sobrecargado, Honduras podría estar en la antesala de una crisis epidemiológica ante la aglomeración de enfermedades: las alertas son prevención.