La Casa del Migrante de Tecún Umán, dirigida por los misioneros de San Carlos Scalabrinianos, se ha convertido en un refugio determinante para hombres y mujeres de Honduras que necesitan ayuda y asesoría antes de iniciar el tránsito por el tramo más difícil: México.
De más de 6,000 emigrantes atendidos en 2016, el 35% tenía nacionalidad hondureña. Esto indica, a juicio de Mario Morales, uno de los responsables de esta casa, que los emigrantes de Honduras demandan una mayor atención de parte del gobierno cuando están por ingresar al territorio mexicano. Morales recomienda la apertura de consulados móviles en Tecún Umán y Ciudad Hidalgo para que puedan auxiliar a los hondureños.
Solo permitimos que ellos estén aquí tres días. En tres días ellos pueden decidir si regresan a su país o si continúan el viaje a Estados Unidos.
Nosotros aquí les damos a algunos de ellos el pasaje para que puedan regresar a Honduras. Antes hacemos un estudio de la necesidad que tiene la persona. Para poder ayudar, nosotros tenemos que salir a pedir, nosotros pedimos y encontramos jabón, pasta, comida, sábanas para ellos.
La Iglesia Católica de Estados Unidos nos ayuda y la Iglesia Católica de Irlanda nos da, una nos paga tres trabajadores y otra nos paga dos trabajadores. El Estado de Guatemala nos ayuda con médico, odontólogo y medicinas. Ya tenemos más de 20 años de trabajar aquí y más de 4 años de recibir ayuda del Estado de Guatemala.
Damos asesoría jurídica porque las personas que vienen son víctimas de violaciones, de maltratos de las autoridades. No estoy generalizando, pero algunas autoridades comenten violaciones. Hay otras autoridades que nos ayudan.
| Después de recibir apoyo en la Casa del Migrante, los hondureños llegan a Ciudad Hidalgo.
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Nosotros ayudamos en esto, pero esa es una gran dificultad. Nos sentimos imposibilitados. Vienen los familiares y nos dicen que perdieron comunicación con el migrante cuando se encontraba en tal lado. Nosotros nos ponemos en contacto con la Casa del Migrante que tenemos en otras ciudades y así investigamos.
El año pasado tuvimos 3,800 peticiones y de esas peticiones, habíamos dado respuesta a 62. Es un porcentaje muy bajo. Esa es la imposibilidad más grande que tenemos. Aquí hemos tenido a muchas madres llorando por sus hijos y a muchos hijos llorando por sus madres de todos los países.
Sí, tenemos una experiencia única. Un hondureño vino buscando a su hijo que hacía tres meses había salido del país y dijo que como diera lugar él iba para arriba y él lo encontraría. El se iría para México a buscarlo. Iiría a Tapachula. Allá tenemos una Casa del Migrante y nosotros le dimos la dirección. Después de almuerzo él se despidió y saliendo de aquí entró el hijo. Esa ha sido la única experiencia que el hijo y el papá se encuentran oportunamente aquí.
Nosotros nos reunimos con diputados, cónsules, jueces, policías y otras autoridades municipales y les hemos dicho que esta es una ciudad de paso y no hay que maltratar a los emigrantes. Desde hace nueve años, no maltratan a los emigrantes.
Nosotros les decimos sus derechos y también que sean educados, comedidos y trabajadores adonde quiera que vayan.
Los periodistas y autoridades hablan de menores no acompañados. La experiencia que nosotros hemos tenido nos indica que los menores no viajan solos, son traídos hasta un punto por un familiar y después son llevados por otros familiares.
El Estado de Honduras debería tener un consulado en esta zona. Guatemala tiene un consultado en Ciudad Hidalgo para atender a sus ciudadanos. El Salvador tiene consulados móviles ayudándole a su gente aquí.
