17/05/2024
08:26 PM

Trece fotógrafos murieron violentamente en Honduras

Los datos estadísticos fueron publicados con motivo de la celebración del día de los camarógrafos y fotógrafos hondureños, el 25 de julio de cada año.

Tegucigalpa, Honduras

En un informe del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh), destaca que desde 2012 a la fecha, 13 reporteros gráficos perdieron la vida de forma violenta en Honduras.

Los datos estadísticos fueron publicados con motivo de la celebración del día de los camarógrafos y fotógrafos hondureños, el 25 de julio de cada año.

El documento precisa que entre los fallecidos están diez camarógrafos y tres fotógrafos que laboraron en medios digitales, impresos y televisivos de Honduras.

Esta cifra representa el 13% de las personas vinculadas a los medios de comunicación que murieron violentamente desde el año 2012, reveló Conadeh.

El Conadeh también detalla que la primera muerte de actores vinculados a medios de comunicación se dio en el año 2001, con el asesinato del cronista deportivo Arístides Soto.

Pero en relación a reporteros gráficos, llámese fotógrafos o camarógrafos, la primera de ellas se registró en 2012, hace aproximadamente 11 años.

La mayor parte de los decesos se dieron en el ejercicio de esta labor, otros en circunstancias desconocidas por sus familiares. Sólo en uno de los casos se detuvo a los supuestos responsables y fue precisamente en el deceso violento del camarógrafo Ricardo Alcides Ávila Carrasco.

Ricardo Ávila era empleado de un canal de televisión en la ciudad de Choluteca y fue atacado a disparos por desconocidos en el afán de robarle su motocicleta. El hecho se dio el 26 de mayo de 2022 en la aldea Santa Cruz del municipio de Marcovia.

En abril de 2023, los dos presuntos responsables del crimen fueron capturados en la aldea de Monjarás, siempre en Marcovia.

El Conadeh documentó que, en los últimos años, más de medio centenar de fotógrafos y camarógrafos hondureños fueron víctimas de amenazas, agresiones físicas y verbales, despojo y destrucción de su equipo de trabajo, asimismo, ocurrieron detenciones ilegales, intimidación, e incluso, atentados que pusieron en riesgo su integridad y su vida al dar cobertura a marchas de protesta social, desalojos policiales y eventos gubernamentales.

Según el recuento, tanto fotógrafos como camarógrafos han sido víctimas de ataques en los que se señalan como los principales agresores a miembros de los cuerpos de seguridad del Estado, estudiantes y activistas de partidos políticos, entre otros.