Honduras abogó ayer por una justicia climática en un foro que se celebró en Tegucigalpa, en el que la Unión Europea (UE) reafirmó su compromiso de cooperación con el país centroamericano frente al calentamiento global.
La crisis climática es “una amenaza que no se detiene” y un “reto enorme de día a día” que requiere “adaptación constante”, subrayó el ministro hondureño de Ambiente, Lucky Medina, en la inauguración de la segunda ronda de diálogo entre Honduras y la UE para la cooperación en materia climática.
Medina señaló que el Gobierno de su país impulsa la “construcción de una nueva agenda por la justicia climática, un pilar importante en el proceso de refundación de Honduras”. “La justicia climática no es más que reconocer a las comunidades que han defendido durante décadas los recursos naturales”, subrayó.
Estas comunidades “tienen ganado todo el derecho a formar parte de las decisiones que se tomen en sus territorios, no se les puede excluir”, subrayó el funcionario, quien considera que también hay que avanzar hacia la justicia de distribución geográfica.
Agregó que entre las prioridades de Honduras están la elaboración de una Estrategia Nacional de Descarbonización y Resiliencia Climática, la adaptación al cambio climático en el sector de usos de la tierra o el fomento de la economía verde-azul y circular.
Honduras es considerada una de las naciones más afectadas por los efectos de la crisis climática, los que se agrandan con factores ambientales locales, como la deforestación, según organismos internacionales.
