27/07/2024
08:35 AM

Hay más niños en las calles de San Pedro Sula

Entre diciembre de 2008 y marzo de este año se han contabilizado al menos 30 niños más deambulando en las calles de San Pedro Sula.

¿Cree que si el gobierno le refuerza el apoyo al Ihnfa, se evitaría el aumento de menores?

El pequeño Wilson, de doce años, aprovecha cada vez que el semáforo de la primera calle y la avenida Júnior se pone en rojo para pedir dinero a los conductores.

Casi a diario se le ve en esa intersección al caer la noche y no importa si llueve, allí está.

Quienes no lo han ignorado lo recordarán por sus llamativos ojos color miel.

Tiene el rostro siempre sucio y el cuerpo apenas vestido. Para pedir, acostumbra elevar sus manos en posición de oración sobre su rostro; parece que implorara la ayuda que pocas personas le dan.

Ver niños como él en la calle para muchos ya no es ninguna novedad en una urbe tan próspera como San Pedro Sula; el número de estos pequeños aumenta vertiginosamente y pocos hacen algo por ellos.

Un censo que está elaborando el personal de la Catedral San Pedro Apóstol revela datos alarmantes sobre esta población infantil altamente vulnerable.

Juan Carlos Matheu, coordinador del estudio, señaló que ya hay datos reveladores que consternan por su gravedad.

Entre diciembre de 2008 y marzo de este año se han contabilizado al menos 30 niños más deambulando en las calles.

La cifra se suma a otros sesenta menores que hace tiempos viven en la calle, cuyas edades van desde ocho a 17 años.

Víctimas de todos

Matheu señala que los menores habitualmente son presa fácil de los vagabundos adultos. El total de éstos también ha aumentado.

Ya se registran 350 adultos, hombres, mujeres y ancianos, que en su mayoría padecen enfermedades de transmisión sexual, discapacidades, vih o trastornos mentales.

El fin del estudio es que se busquen soluciones para la población menor de edad que está en mayor riesgo.

El preestudio señala que el 90% de los pequeños constantemente son violados por los 'grandes' y otros optan por prostituirse a fin de lograr dinero para comprar estupefacientes. Entre las drogas de moda, el pegamento pasó a segundo plano.

Lo más popular entre los menores y adultos es la piedra de crack que compran por 70 lempiras.

De la mano de Dios

A excepción de la iniciativa que lidera la parroquia San Pedro Apóstol e iglesias evangélicas como la Primera Iglesia Evangélica y Reformada, Pier, nadie más está haciendo algo por la infancia de la calle.

Matheu afirma que el Instituto Hondureño de la Niñez y la Familia, Ihnfa, debería dirigir las políticas para rescatar de las garras de la calle a esta población vulnerable. 'El Ihnfa no tiene un centro, clínica de desintoxicación o un solo programa dedicado a velar por este tipo de menores. Se está organizando la coordinadora interinstitucional de la niñez y el centro Génesis, antes ABC, pero aún no despega', acotó.

El trabajo que han hecho las iglesias no es para recuperarlos de la calle y sacarlos de la droga; es más bien informativo, para captar sus datos, porque nunca se ha hecho un censo fidedigno, asegura.

'Debería darnos vergüenza'

El padre Saturnino Senis afirma que otro fin del estudio que el programa de Paz y Convivencia financiará a un costo de 3,500 dólares es documentar a los niños y adultos vagabundos.

La mayoría no sabe ni sus nombres. Se conocen sólo por apodos como 'semita, pulga, chapín, la vaca, el castor, pichetío, el diablo, cabezón y chorro de humo', entre otros.

El padre se queja de que la casa albergue que se construiría para esta población vulnerable haya quedado sólo en planos de Paz y Convivencia.

'No veo voluntad. Hace dos años y dos meses pusimos la primera piedra a bombo y platillo. El cónsul de Taiwán, la hermana de la primera dama, la esposa del alcalde, la madre del ministro Aristides Mejía pusimos la primera piedra y no se pusieron más. Estamos esperando la segunda. A este ritmo llegamos al año 4 mil y no hemos terminado de poner piedras', criticó el sacerdote.

Su reclamo va más allá. El padre señala que urge construir la casa albergue no sólo para los vagabundos, sino para miles de deportados que no encuentran oportunidades o para los ancianos que, a falta de un hogar, viven en las aceras.

'Eso es triste para una ciudad como San Pedro Sula. Se nos tendría que caer la cara de vergüenza, empezando por las autoridades municipales, las iglesias católicas y evangélicas. ¿Qué estamos haciendo?', reprochó. Aclaró que aún no pierde la esperanza.

El censo para identificar plenamente a todos los que deambulan en la calle comenzó hace dos meses y pronto será finalizado.

  • La Desintegración familiar es la principal causa que orilla a los niños a abandonar sus hogares para dedicarse a mendigar, según los primeros resultados del estudio.

'Para que este problema acabe debe haber un cambio de mentalidad de la sociedad'.

Juan Carlos Matheu
Coordinador de estudio

'Queremos que todos estos chicos sean personas normales que tengan identificación'.

Padre Saturnino Senis
Párroco de la catedral