El asesinato aquí de tres diputados salvadoreños al Parlamento Centroamericano, Parlacen, ha causado conmoción y puesto en evidencia el clima generalizado de inseguridad que vive este país.
Los legisladores William Pichinte, Eduardo D´Aubuisson, y José Ramón González, así como del chofer Gerardo Ramírez, fueron secuestrados, muertos a balazos y luegos quemados en la aldea El Jocotillo, a unos 35 km al este de la capital guatemalteca.
Se identificaron como autores materiales al jefe de la sección contra el crimen organizado de la División de Investigación Criminal, Dinc, Luis Arturo Herrera López, de 39 años, y los agentes José Adolfo Gutiérrez, 36, Marvin Lange Escobar, 31 y José Estuardo López Arriaga, 28.
El crimen fue premeditado y la versión aceptada es que los policías buscaban un auto que transportaba droga o dinero y a nacrotraficantes colombianos. Los policías pretendían robarles y confiarse a que como eran narcotraficantes no denunciarían el hecho, pero al encontrarse con diputados que los reconocieron optaron por asesinarlos.
Autores intelectuales
Las autoridades buscan a dos participantes prófugos y a los autores intelectuales y determinar porqué dieron a los policías los datos del vehículo en que viajaban los diputados. “Los policías (criminales) sólo recibieron la información del número de placa del auto del diputado William Pichinte. Les aseguraron que durante el secuestro se iban a identificar como parlamentarios salvadoreños”, dijo Prensa Libre.
El auto en que viajaban las víctimas hizo el recorrido de San Salvador a Ciudad de Guatemala con una caravana de vehículos de otros diputados del Parlacen. De todos los vehículos que formaban parte de la caravana, el de Pichinte era el único que portaba placas salvadoreñas, los demás tenían identificaciones oficiales del Parlacen.

El cuerpo de Eduardo D’Aubuisson fue entregado a sus familiares el miércoles para darla cristiana sepultura.
Dijo que los delincuentes dejaron todo en el escena del crimen, pero se llevaron dinero. “Entiendo que el diputado Pichinte llevaba una fuerte suma de dinero a Guatemala”, que no ha aparecido. Explicó que Pichinte tenía en Guatemala un negocio de escobas, y que probablemente por eso llevaba el dinero.
Nada más fue robado. “Cualquier laptop, cualquier joya, cualquier reloj, puede llevar hasta ellos”, dijo en el programa Ocho en Punto de Canal 33.
El periódico Siglo XXI citó a un alto jefe de la Policía de Guatemala: “Hay vínculos con una organización del narcotráfico conformada por guatemaltecos y salvadoreños, entre ellos un contacto de mucho peso político y económico del vecino país, derivado de un mal negocio, lo cual es imperdonable entre el narcotráfico”.
Hermandad
Aunque los dos países han afirmado que este hecho no afectará las relaciones bilaterales, el presidente salvadoreño Antonio Saca afirmó que la participación de las fuerzas de seguridad en el crimen “para los pelos de cualquiera”.
Este tipo de hechos “colocan en la picota internacional el nombre y la imagen del país”, consideró el vicecanciller guatemalteco Luis Fernando Andrade.
A raíz del asesinato, los diputados salvadoreños en el Parlacen comenzaron a trabajar en un sistema de seguridad, donde no utilizarán a la policía guatemalteca y propusieron trasladar la sede del parlamento a otro país.
“Estamos en una situación verdaderamente peligrosa que nos afecta a todos los centroamericanos y pone en riesgo todo lo que hemos logrado avanzar en cuanto a reconciliación y entendimiento”, dijo el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega.
Su homólogo de Honduras, Manuel Zelaya, coincidió en que estos actos criminales no sólo enlutan a la familia salvadoreña, sino a toda la región.
Los hechos ocurren justo cuando Guatemala se prepara para celebrar en marzo la reunión de gobernadores del BID, a la que se espera la asistencia de varios presidentes de la región.
Sistema GPS
La captura fue posible gracias a pruebas tecnológicas y declaraciones de testigos sobre el momento que los sospechosos interceptaron el vehículo en que viajaban los diputados.
“Este vehículo en su estructura tiene el sistema GPS de localización por satélite, por lo que se hizo el seguimiento y análisis del recorrido del automotor y se pudo establecer las horas exactas en que ocurrieron los hechos, afirmó el fiscal Matus.
Entre las pruebas de las autoridades también figura un vídeo en el que se establece que el vehículo en que viajaban los detenidos custodiaba el que utilizaron los diputados en su viaje entre Guatemala y El Salvador. Los presuntos asesinos siguieron por tres horas el automotor y la macabra ejecución duró alrededor de 15 minutos, de acuerdo con la información oficial.
Los diputados no fueron dejados vivos porque conocieron a los policías.
La acción muestra cómo la policía guatemalteca, en este caso, está infiltrada por el narcotráfico y el crimen organizado.
Cambio de sede

Los asesinatos han causado conmoción en toda Centroamérica por la forma en que murieron los diputados.
“En todo caso es el presidente del Parlacen, el que tiene que decidir si Guatemala presta las condiciones de seguridad o no”, dijo el diputado Jacinto Suárez de Nicaragua. El hondureño Víctor Manuel Galdámez Prieto dijo acompañar la iniciativa de sus colegas, aunque aclaró que una acción de esas implica unos tres años de acciones.
Piden aplicar pena de muerte
La posibilidad de que los responsables del crimen de los diputados del Parlacen y el agente del PPI que les acompañaba sean juzgados en Guatemala lleva a políticos a pedir la aplicación del máximo castigo en ese país donde existe la pena de muerte.
“No sé si en Guatemala sigue vigente la pena de muerte. Si está vigente, es lo menos que se merecen”, dijo Mario Acosta Oertel, miembro de la comisión asesora del Gobierno y amigo de la familia D’Aubuisson. “Deben ser castigados duramente”.
El ministro de Justicia y Seguridad, René Figueroa, dijo que El Salvador espera la mayor drasticidad para los que resulten culpables de este crimen: “La ley dicta lo que hay que hacer, la ley es dura, pero es la ley, tenemos que respetar las leyes de donde vayan a ser llevados a los tribunales. Obviamente, nosotros esperaríamos la mayor drasticidad, dependiendo de lo que diga el marco legal”. El jefe de la unidad de vida del Ministerio Público de Guatemala, Álvaro Matus, confirmó que la pena de muerte está vigente en ese país.
Cronología de la tragedia
7.30 a.m.
Del martes 20 de febrero los tres parlamentarios ingresaron a Guatemala procedentes de El Salvador a una sesión del Parlacen y fueron custodiados por elementos de la Policía Civil guatemalteca, pero nunca llegaron a la reunión.
11.15 a.m.
Según el diputado del Fmln, Manuel Melgar, fue la última vez que vio el vehículo en que se transportaban los diputados Eduardo D’Abuisson, José González Rivas y William Pichinte todos del Partido Alianza Republicana Nacionalista.
5.00 p.m.
Los demás diputados del Parlamento Centroamericano, Parlacen, llamaron a la policía salvadoreña preocupados por no establecer contacto con los diputados salvadoreños del Partido Arena.
11.30 p.m.
Rodrigo ávila, director de la policía salvadoreña, viajó en helicóptero hacia Guatemala para conocer el caso. Posteriormente comunicó vía telefónica el hallazgo de los cadáveres calcinados de los diputados y el chófer.
8.00 a.m.
Del miércoles 21 de febrero, las autoridades guatemaltecas y salvadoreñas condenan la horrenda ejecución de los diputados del Parlacen y solicitaron la ayuda del FBI para esclarecer a la brevedad posible el móvil de las muertes.
9.30 a.m.
Jueves 22 de febrero detiene a cuatro policías guatemaltecos sospechosos de participar en la matanza, horas más tarde los imputados fueron acusados por el delito de asesinato, dijeron fuentes judiciales.
Las víctimas
Los diputados Eduardo D’Aubuisson Munguía, William Rizziery Pichinte y José Ramón González Rivas fueron calcinados.
Presidentes
“Hay que seguir investigando hasta dónde llega esta red, porque esto es algo más grande, fue una confusión muy grande”.
Elías Antonio Saca
Presidente de El Salvador
“Este grupo esperaba un traslado de drogas y de dinero y equivocadamente procedieron contra los muy dignos diputados salvadoreños y su chofer”.
Oscar Berger
Presidente de Guatemala