Puerto Cortés, Honduras.
La falta de un médico en el centro de salud de la comunidad de Bajamar mantiene diezmada la atención de salud de más de 18,000 pobladores del sector garífuna de este municipio.
El galeno asignado en el lugar abandonó el césamo hace dos meses argumentando tener problemas personas con un habitante de la aldea, dejó el local en manos de la enfermera Sofía Martínez.
La enfermera apenas da los primeros auxilios a los que llegan en busca de una atención, los pacientes graves son remitidos en vehículos de paila al Hospital de Área de Puerto Cortés para evitar que mueran.
Olvidados
José Antonio Martínez, presidente del patronato de Bajamar y representante de las ocho comunidades que comprenden el sector, lamentó que el Gobierno los tenga abandonados. “Hemos hecho solicitudes a la Secretaría de Salud para que nos asignen un nuevo recurso pero nadie da respuesta. Se afecta a más de 18,000 habitantes”, explica Martínez.
Recordó que el doctor Ángel Flores se retiró sin dar mayores detalles y la superioridad de la Secretaria de Salud de Cortés les envió una nota que el médico ya no iba a regresar por problemas personales. “Esto es reincidente, en la administración del presidente Porfirio Lobo Sosa se ausentó los cuatro años, luego regresó, se volvió a ir, retornó y hoy de nuevo dejó el centro”.
Agregó que los insumos médicos son proporcionados por la Municipalidad, a través de la Tasa de Salud que paga la población. Las comunidades afectadas son Bajamar, Sarawayna, Travesía, Baracoa, Barra de Chamelecón, Las Brisas, Remolino, Ulúa, La Sabana, Baracoa y otras. La enfermera Ofelia Martínez dijo que no se da abasto ante la necesidad de los pobladores: “No puedo dar más que los primeros auxilios”. Los habitantes del sector son de bajos recursos económicos y sobreviven de la pesca, agricultura y de remesas que llegan de EEUU y otros países.
La falta de un médico en el centro de salud de la comunidad de Bajamar mantiene diezmada la atención de salud de más de 18,000 pobladores del sector garífuna de este municipio.
El galeno asignado en el lugar abandonó el césamo hace dos meses argumentando tener problemas personas con un habitante de la aldea, dejó el local en manos de la enfermera Sofía Martínez.
La enfermera apenas da los primeros auxilios a los que llegan en busca de una atención, los pacientes graves son remitidos en vehículos de paila al Hospital de Área de Puerto Cortés para evitar que mueran.
| Los habitantes de Bajamar y alrededores viven de la pesca y producción agrícola, urgen apoyo del Gobierno.
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José Antonio Martínez, presidente del patronato de Bajamar y representante de las ocho comunidades que comprenden el sector, lamentó que el Gobierno los tenga abandonados. “Hemos hecho solicitudes a la Secretaría de Salud para que nos asignen un nuevo recurso pero nadie da respuesta. Se afecta a más de 18,000 habitantes”, explica Martínez.
Recordó que el doctor Ángel Flores se retiró sin dar mayores detalles y la superioridad de la Secretaria de Salud de Cortés les envió una nota que el médico ya no iba a regresar por problemas personales. “Esto es reincidente, en la administración del presidente Porfirio Lobo Sosa se ausentó los cuatro años, luego regresó, se volvió a ir, retornó y hoy de nuevo dejó el centro”.
Agregó que los insumos médicos son proporcionados por la Municipalidad, a través de la Tasa de Salud que paga la población. Las comunidades afectadas son Bajamar, Sarawayna, Travesía, Baracoa, Barra de Chamelecón, Las Brisas, Remolino, Ulúa, La Sabana, Baracoa y otras. La enfermera Ofelia Martínez dijo que no se da abasto ante la necesidad de los pobladores: “No puedo dar más que los primeros auxilios”. Los habitantes del sector son de bajos recursos económicos y sobreviven de la pesca, agricultura y de remesas que llegan de EEUU y otros países.
