La Fiscalía Especial del Medio Ambiente investigará las circunstancias de muerte de la jirafa Big Boy, y en general las condiciones del zoológico Joya Grande, donde este animal era parte de las atracciones para los visitantes.
Así lo confirmó ayer Elvis Guzmán, portavoz del Ministerio Público en la zona norte, a LA PRENSA luego de que trascendiera la muerte de este mamífero artiodáctilo de 15 años.
El zoológico Joya Grande, ubicado en Santa Cruz de Yojoa, es administrado por la Oficina Administradora de Bienes Incautados (Oabi), es decir, todo en su interior son bienes del Estado y administrado por el mismo.
Dato
58 especies hay en el zoológico Joya Grande para que los visitantes las vean. El centro tiene otros atractivos como cabañas familiares y juegos.
Según los registros de este establecimiento, la jirafa macho Big Boy fue donada cuando tenía ocho años por un zoológico de Guatemala.
Actualmente, el animal tenía 15 años, por lo que es una muerte muy prematura, ya que estos, con los cuidados necesarios, pueden vivir en cautiverio hasta 35 años, según detallaron especialistas a este rotativo.
Ayer luego de que el animal falleciera, el centro cerró sus puertas y a los turistas en su interior se les notificó y devolvió su dinero, algo que los tomó por sorpresa.
“Nos sacaron de golpe y escuchamos que fue por la muerte de la jirafa”, comentó Cristian Fuentes. En redes sociales, el deceso del animal, que era uno de los mayores atractivos, fue lamentado por los hondureños, quienes subieron fotografías junto a él.
Deterioro
En recientes entrevistas, personal de campo dedicado al cuidado de los animales relató a LA PRENSA que la Oabi da raciones de alimentos paupérrimas para los animales y ellos deben buscar frutas adicionales en las zonas cercanas.
Asimismo, no se brinda un presupuesto adecuado para el mantenimiento de las jaulas, por lo que hay riesgo de fuga de especies constantemente.
También los salarios de los cuidadores de los animales son muy reducidos. “Nosotros los empleados hemos permanecido en el zoológico por amor a los animales, el establecimiento está abandonado en muchas maneras”, dijo uno de los colaboradores.
LA PRENSA buscó la información de la administración del centro por parte de funcionarios de Oabi, pero no hubo respuesta.
