Los enfermos renales en Honduras no solo deben afrontar con valentía sufrir una enfermedad despiadada, también sacan fuerzas de flaqueza para exigir que el Estado les brinde una atención de calidad que los mantenga con vida.
Ayer, de nueva cuenta, volvieron a exigir que se emita un decreto de emergencia y se destinen recursos al Hospital Escuela para que se les brinde el tratamiento que necesitan.
Los manifestantes llegaron de varios puntos de Honduras a las afueras de Casa Presidencial para solicitar el apoyo del Ejecutivo para que los pacientes puedan recibir el servicio de diálisis.
Miguel Maldonado, uno de los afectados, declaró que se reunieron con las autoridades del Hospital Escuela, quienes les manifestaron que el centro hospitalario no cuenta con una partida presupuestaria destinada a atender a los pacientes renales.
Maldonado aseguró que ya se les informó que por las limitaciones presupuestarias no se atenderá a todos los pacientes que llegan al principal centro hospitalario del país para recibir el tratamiento.
“Solo tienen medicamentos para atender a 30 pacientes, aunque son unos 700 personas que provienen de Choluteca, San Lorenzo, Juticalpa y Tegucigalpa”, aseveró.
Una situación distinta viven los enfermos renales de la zona norte de Honduras, ya que el hospital Mario Catarino Rivas sí tiene el presupuesto, pero no se ha firmado el contrato para que la empresa dé el servicio.