Dos millonarios contratos de energía térmica finalizan este año y su renovación constituye una prueba de fuego para el gobierno de Porfirio Lobo Sosa.
El Gobierno tendrá que decidirse por las térmicas o adjudicar los contratos a empresas renovables.
De acuerdo con Percy Buck, subgerente de la ENEE, la junta directiva resolverá la próxima semana sobre la continuidad o no de estas plantas. Se trata del contrato de la empresa Electricidad de Cortés S. A., Elcosa, de la cual el actual presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés, Luis Larach, es gerente y accionista mayoritario.
Elcosa vende 80 megavatios al Estado a un costo de 12 centavos de dólar por kilovatio hora, de acuerdo con Buck.
El contrato se le vence a esta térmica en julio próximo y éste junto a otros convenios de generación térmica se firmaron al principio de la década de los 90, bajo condiciones de emergencia que obligaron a la ENEE a incurrir en elevados cargos fijos.
El contrato de Lufussa, calificado como uno de los más costosos que mantiene la estatal energética, genera 39.5 megas a un valor que oscila entre 19 y 20 centavos de dólar por kilovatio hora.
De acuerdo con Percy Buck, el Gobierno puede negociar y bajar en un 50% el precio del contrato de Lufussa, porque es generación a base de diésel y eso la hace más costosa.
Los generadores térmicos pueden vender la energía que producen al sector privado, pero les resulta mejor vender a la ENEE porque es un solo cliente. Buck aseguró que “nosotros ya les dijimos lo que tienen que mejorar en su propuesta para comenzar a negociar.
La estatal tendrá una reunión de junta directiva la próxima semana y un punto de acta es la renegociación de los contratos”.
Dentro de los planes de expansión de la ENEE está la renovación de contratos con las térmicas, lo cual dependerá del tiempo y costos del valor de la energía.
Según Elsia Paz, presidenta de la Asociación de Productores de Energía Renovable, Ahpper, “la ENEE no ha querido invertir en líneas de transmisión, están obsoletas y Honduras tendrá apagones aunque se tenga energía térmica o renovable”.
Agregó que “la estatal no ha querido seguir invirtiendo en nuevas instalaciones de subestaciones y transmisión que todo país en desarrollo lo hace, para el caso Comayagua es una estación obsoleta”.