20/12/2025
11:05 PM

El Ulúa rompe bordos e inunda en San Manuel

La madrugada de ayer, el agua comenzó a anegar casas en la colonia Guadalupe

La Lima, Honduras.

Mientras pobladores de las colonias Pineda 1 y 2 tratan de regresar a sus casas, los habitantes de la Guadalupe y Liberación Campesina, de San Manuel, Cortés, salieron ayer de sus hogares por la crecida inesperada del río Ulúa.

Después que el río Chamelecón dejara inundadas varias colonias de La Lima y San Manuel, así como problemas en la comunidad de El Milagro, Villanueva, el Ulúa rebasó su nivel máximo y rompió un bordo en un sector de El Progreso.

El Ulúa rompió el bordo y sus aguas llegaron al puente La Marimba, donde abrió un enorme agujero en los bordos de la colonia Liberación Campesina por donde se está filtrando el agua que tiene inundada la colonia Guadalupe y las plantaciones de palma africana y bananos.

“Desde la noche del jueves estábamos monitoreando el río, pero en la madrugada tuvimos que salir con lo que pudimos, pues el agua llegó de un solo”, dijo Ana López, quien con su familia pasó la noche en la orilla de la autovía de El Progreso a La Lima.

El Ulúa rompe bordos e inunda en San Manuel

Una mujer camina tomando de la mano a una niña en una comunidad inundada en la zona norte de Honduras.

Al igual que ella, otras familias se instalaron en la carretera, pero no querían irse a los albergues de San Manuel por no dejar sus casas solas.

Miembros de la Cruz Roja, del Comité de Emergencia Municipal (Codem), así como de la Policía Militar y de la Preventiva llegaron a la zona para auxiliar a las personas y tratar de trasladarlos a los albergues.

El Codem informó que 155 personas, entre adultos y niños, se refugiaron en la escuela de la Guadalupe, en la parte más alta de la colonia, con la esperanza de no inundarse. En el bordo del puente La Marimba permanecían también 94 familias de la colonia Liberación Campesina, adonde muchas casas están inundadas.

Regreso.

Algunas familias de la colonia Jerusalén regresaron a sus casas la mañana de ayer para sacar el lodo que les dejó la inundación.

También limpiaban sillas, camas y otros muebles tratando se volver a la normalidad. Aunque los pobladores de la colonia San Cristóbal están en la misma zona, estos no regresaban a sus casas, pues las aguas de la quebrada La Acequia, de Chotepe, aún los mantenía inundados.

Para sacar el agua, Copeco instaló una bomba achicadora para comenzar a bombear en las zonas inundadas.

Otras de las zonas afectadas eran la Guaymuras y Vida Mejor, adonde solicitaban agua, alimentos y medicinas, pues aún están a la intemperie. Copeco repartió en la zona de la Jerusalén bolsas con granos básicos; otras organizaciones y miembros de iglesias se acercaban a repartir café con pan y comida en horas de la mañana.

“Nos hemos unido un grupo de vecinos y decidimos recolectar productos básicos para donarlos a los que ahora necesitan”, dijo un sampedrano que se solidarizó con los vecinos de La Lima afectados por las crecidas de los ríos.

El Ulúa rompe bordos e inunda en San Manuel

Miles de personas salieron de sus casas para ponerse a salvo debido a las inundaciones.

Esperan.

La situación para los pobladores de la colonia Buen Samaritano, en Flores de Oriente, es más difícil, pues los trabajos para reparar el boquete en el Canal Maya no se podrán hacer debido a la cantidad de agua que aún corre. En ese lugar, el bordo del Canal Maya cedió y, aunque bajó el nivel, ahora también el afluente del puente La Marimba también los inunda.

Las familias permanecen en los bordos y no han podido regresar a sus casas, que están inundadas.

Estas personas también necesitan agua potable, alimentos y materiales para hacer champas para protegerse de las lluvias y el sereno en la noche.

Las autoridades ampliaron la alerta 24 horas más, pero las lluvias se extenderán por 72 horas, por lo que los comités de emergencias de La Lima y San Manuel continúan trabajando para ayudar a las familias afectadas, y afirman que aunque algunas han regresado a sus casas, el riesgo continúa.

Ellos siguen suministrando agua, alimentos y brigadas médicas para evitar epidemias, como diarreas y conjuntivitis.