27/04/2024
08:10 AM

El legendario palacio del Caribe que nadie visita

Sans-Souci en Haití fue habitado por el autoproclamado rey negro, Henri Christophe.

Es una de las más destacadas atracciones en el hemisferio occidental, pero el Palacio Sans-Souci en el norte de Haití es rara vez visitado por extranjeros.

Décadas de inestabilidad política y falta de respeto a la ley, o ausencia de ella, han hecho que Haití sea evitado por turistas.

El extenso complejo palaciego, cuyo nombre significa “sin preocupación”, fue el hogar del primer monarca independiente de Haití, Henri I, también conocido como Henri Christophe.

El monarca fue uno de las más prominentes figuras de la revolución de esclavos de 1791-1804.

El fin del control francés significó que la colonia de Santo Domingo, renombrada Haití por su nombre originario taíno, se convirtió en la primera nación independiente del mundo liderada por negros. Pero después de la independencia, Haití se dividió en dos. Henri Cristophe se embarcó en la construcción de su palacio en 1810 y un año después se declaró a sí mismo rey en el norte del país. Su amada se convirtió en la reina Marie-Louise.El palacio tiene vista a la capilla de Milot, donde Henri I fue coronado. Sans-Souci se terminó de construir en 1813, costándole la vida a cientos, quizás miles de trabajadores.

En las cercanías del palacio está la Ciudadela, una fortaleza en la cumbre, construido conforme al decreto de Henri Christophe, para rechazar la temida invasión francesa. Francia, el antiguo poder colonial en Haití, no reconoció la independencia de la nación hasta el año 1820.

Acosado por sus detractores, el rey Enrique I se suicidó en el palacio el 8 de octubre de 1820, según la leyenda haitiana, utilizando una bala de plata y fue posteriormente enterrado en la Ciudadela. Su hijo y heredero, Jacques-Victor Henry, el primer Príncipe de Haití, fue bayoneteado hasta la muerte por revolucionarios en el palacio el 18 de octubre de 1820.

Un gran terremoto en 1842 destruyó una parte considerable del palacio y devastó la cercana ciudad de Cabo Haitiano; el palacio nunca fue reconstruido.