Un grupo de mujeres de las comunidades del municipio de Iriona, en conjunto con empresarios garífunas que residen en otras zonas del país, han hecho posible que el casabe sea uno de los productos “nostálgicos” más buscados en Estados Unidos, específicamente en la cosmopolita Nueva York.
Gracias a esta iniciativa, el ereba tiene un puesto en el competitivo mercado extranjero. Las mujeres garífunas ofrecen el producto en ciudades como La Ceiba, San Pedro Sula y Tegucigalpa, donde ya hay puntos específicos para venderlo.
Rico y tradicional
El casabe o galleta de los garífunas es parte de la dieta alimenticia de esa etnia, pero por la demanda de un mercado externo exigente, ahora también puede estar en la mesa de un refinado restaurante.
La elaboración del producto incluye procesos que inician con la preparación de la tierra por los hombres, para luego dar paso a la siembra hecha por las mujeres.
Es un sistema de trabajo delimitado entre ambos géneros. “Es una práctica que data de hace muchos años y la cual preservamos en las comunidades”, comentó el profesor Julio Rito.
Lo siguiente es controlar la limpieza en las parcelas, que por costumbre se sitúan bastante alejadas de la comunidad, por lo que es preciso caminar para llegar a ellas.
En ciertas comunidades, hombres y mujeres deben remar para llegar a los cultivos y trabajar bajo las condiciones climatológicas en la zona.
Tras el crecimiento de las plantas, viene la extracción de los tubérculos de yuca, lo cual se hace temprano para aprovechar el escaso sol y obtener mejores resultados.
Del yucal al comal
El “réguigui” o comal es el destino final de la yuca. Bajo fuertes temperaturas se procede a elaborar cada torta de casabe, pero antes se limpia la yuca, se lava, ralla y comprime el producto para dejar sólo la masa libre de líquidos, la cual estará lista para ser manipulada en la etapa final antes de convertirla en casabe.
“Esta parte de nuestra cultura la hemos llevado a tales extremos que demuestran que hay capacidad no sólo para vender el casabe en el país, sino fuera de nuestras fronteras con productos higiénicos calificados”, dijo Lina Hortesia Martínez, ganadora del premio a la alimentación en 2006, otorgado por la FAO Honduras.
Se está enviando una importante cantidad de casabe a Nueva York con expectativas de exportar a otras ciudades el producto saborizado, presente desde hace varios años en el mercado nacional con la marca O´big Mama.
Ángel Cacho, presidente de la Asociación de Profesionales de Sangrelaya Aprosa, señaló que no ha sido fácil, “es una lucha ardua que ha tenido frutos en medio de tanta adversidad”.
Comercialización
La exportación de casabe llevaba 26 años en puro proyecto. Sin embargo, el anhelo al fin se hizo realidad, explicó José Francisco Ávila, representante del club de inversiones Nuevos Horizontes, con sede en Nueva York.
“En enero de 2008 realizamos el primer envío de cien tortas de casabe. Fue algo lindo que logramos con la ayuda de Lina Hortensia, representante de Wabagari Distribution, empresa líder en la promoción, transformación, comercialización y exportación de casabe simple y saborizado”.
El mes pasado, las productoras de la comunidad de Sangrelaya y la referida entidad firmaron un acuerdo de cooperación que permitirá, durante un año, mantener vigente la actividad de llevar el casabe a mercados internacionales, dejando a un lado la vieja idea de que en las comunidades garífunas sólo hay baile y diversión.