San Pedro Sula, Honduras.
Las autoridades de la Municipalidad de San Pedro Sula han redoblado medidas para minimizar el impacto ambiental ocasionado por el sector comercial e industrial en la capital industrial.
Desde 2011, la División Municipal Ambiental se descentralizó y comenzó a emitir licencias ambientales para garantizar que los procedimientos y cumplimientos de impacto ambiental por parte de estos sectores fueran sostenibles y estables.
Desde 2011 han emitido 380 licencias ambientales. Antes de ese año, cuando la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente las otorgaba, se contaban unas 800 empresas y comercios con el permiso.
Al considerar las cifras mencionadas, Francisco Zepeda, secretario general de Dima, indica que el sector industrial posee licencia ambiental en un 70%; en tanto, el comercial llegaría a finales de 2015 a un 80%.
La licencia ambiental es un requisito de operación en el comercio e industria. Quienes incumplen las medidas se arriesgan a ser sancionados económicamente, y si la falta es mayor se procede, por medio de la Fiscalía, llegando incluso al cierre del negocio.
Claudia Díaz, subdirectora del Centro de Producción Más Limpia de Honduras (CNP+LH) y ambientalista, refiere que las empresas y comercios en la ciudad han procurado minimizar el impacto de sus operaciones con programas de reforestación y protección de cuencas; pero señala que la falta de una planta de tratamiento de aguas residuales en el sector doméstico causa daños en los ríos. Según un estudio elaborado por la empresa Inecon, se necesitan cuatro mil millones de lempiras para tratar las aguas negras en la ciudad. Dima hace estudios periódicos para determinar los niveles de contaminación en los ríos de la ciudad en los laboratorios ubicados en Aguas de San Pedro por medio de un convenio.
Las autoridades de la Municipalidad de San Pedro Sula han redoblado medidas para minimizar el impacto ambiental ocasionado por el sector comercial e industrial en la capital industrial.
Desde 2011, la División Municipal Ambiental se descentralizó y comenzó a emitir licencias ambientales para garantizar que los procedimientos y cumplimientos de impacto ambiental por parte de estos sectores fueran sostenibles y estables.
Desde 2011 han emitido 380 licencias ambientales. Antes de ese año, cuando la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente las otorgaba, se contaban unas 800 empresas y comercios con el permiso.
Al considerar las cifras mencionadas, Francisco Zepeda, secretario general de Dima, indica que el sector industrial posee licencia ambiental en un 70%; en tanto, el comercial llegaría a finales de 2015 a un 80%.
La licencia ambiental es un requisito de operación en el comercio e industria. Quienes incumplen las medidas se arriesgan a ser sancionados económicamente, y si la falta es mayor se procede, por medio de la Fiscalía, llegando incluso al cierre del negocio.
Claudia Díaz, subdirectora del Centro de Producción Más Limpia de Honduras (CNP+LH) y ambientalista, refiere que las empresas y comercios en la ciudad han procurado minimizar el impacto de sus operaciones con programas de reforestación y protección de cuencas; pero señala que la falta de una planta de tratamiento de aguas residuales en el sector doméstico causa daños en los ríos. Según un estudio elaborado por la empresa Inecon, se necesitan cuatro mil millones de lempiras para tratar las aguas negras en la ciudad. Dima hace estudios periódicos para determinar los niveles de contaminación en los ríos de la ciudad en los laboratorios ubicados en Aguas de San Pedro por medio de un convenio.
Inversión
Francisco Zepeda apunta que la alcaldía tiene 15 gestores municipales distribuidos por zonas en la ciudad.
En 2015 han procurado supervisar que todos los comercios y empresas posean la licencia ambiental. También hacen auditorías y dictámenes de las mismas.
Cristy Raudales, gerente de Dima, manifiesta que están en proceso de compra de equipo que permita mejorar el control de la emisión de fuentes móviles (vehículos), y fuentes fijas (calderas y chimeneas), así como la evacuación de aguas en los comercios.
Hace dos años, la alcaldía dejó de aplicar pruebas de emisión de gases a los carros del transporte público. La actividad se suspendió por falta de logística, pero con el nuevo equipo se retomará esta labor. La inversión primaria será de 700,000 lempiras; pero para el próximo año se pretende la compra de más herramientas.
“Se hace un gran esfuerzo para reducir el impacto ambiental generado por el sector comercial e industrial en esta administración. Dima busca recertificarse bajo la norma ISO14000 mediante la mejora y validación de procesos por medio de la adquisición de equipos y la capacitación del personal”, refiere Raudales. En noviembre, por primera vez los empleados de Dima recibirán un diplomado de Auditoría Ambiental con una duración de 80 horas en una universidad privada.
Nuevos procedimientos. El Gobierno anunció hace unas semanas que habrá una mejora sustancial en la emisión de licencias ambientales por medio de la tecnificación de procesos en todo el territorio, incluyendo San Pedro Sula.
El Sistema Nacional de Evaluaciones de Impacto Ambiental (Sineia) tuvo algunas modificaciones, según se estableció en el acuerdo ejecutivo 008-2015, y se denominó al nuevo proceso Sistema de Licenciamiento Ambiental Simplificado. Autoridades municipales indican que están en el proceso de socialización del nuevo sistema y que la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente (Serna) lo está informando. Esta semana Serna y Municipalidad se reunirán para consensuar los nuevos métodos.
