Aunque no hay un censo real de cuántos sampedranos padecen de algún tipo de discapacidad física, las organizaciones que trabajan con las personas con retos especiales estiman que un 10% de los habitantes de la capital industrial padece este problema de salud.
Moisés Martínez permanece sus días en una silla de ruedas y es miembro activo de la organización Rehabilitando a Honduras, que tiene como objetivo apoyar a las personas con lesión medular.
“Uno de los principales inconvenientes que tenemos es circular por la ciudad porque la estructura arquitectónica no fue pensada para facilitar la movilidad, lo que dificulta hasta conseguir un trabajo o tener acceso a la educación”.
Como parte de la conmemoración del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, la Universidad Nacional Autónoma en el Valle de Sula realizó una feria, donde se abordaron los problemas sociales que enfrentan.
La Asociación Hondureña de Maquiladores se unió para apoyar la actividad.
“Trajimos nuestra bolsa de empleo para que las personas con retos especiales puedan traer su hoja de vida y conseguir un empleo en la maquila. Hay empresas que tienen contratadas hasta 18 personas con discapacidad”.
Alexander Leiva, director regional del Trabajo, dijo que la mayor discapacidad que existe es la falta de solidaridad.
“Estas personas no necesitan que se les dé todo, o mendigar favores. Ocupan oportunidades para desarrollarse como ciudadanos valiosos para la sociedad porque han demostrado tener la capacidad de lograr lo que se proponen”.