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"Dinero y droga, el anzuelo de la DEA para Fabio Lobo"

  • 20 marzo 2017 /

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La trampa de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos terminó con la captura del hijo del expresidente Porfirio Lobo.

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San Pedro Sula, Honduras

Un documento presentado por la Fiscalía de Nueva York ante la Corte del Distrito Sur de Nueva York, que recoge las investigaciones de la Administración para el Control de Drogas (DEA), explica cómo se logró la captura por el delito de narcotráfico de Fabio Lobo, hijo del expresidente hondureño Porfirio Lobo.

Según el documento, en 2014, Fabio Lobo y varios narcotraficantes se reunieron con el coronel Mario Amaya, miembro de las Fuerzas Armadas, para coordinar el transporte de un cargamento, según EUA.

La droga, que era para el mexicano Joaquín ' Chapo' Guzmán, “sería enviada por un colombiano a las cercanías de Limón”, luego transportadas a Tocoa. Desde allí, Devid Rivera Maradiaga, líder de Los Cachiros, y Fabio Lobo trasladarían la carga a la frontera con Guatemala.

Fabio recibiría como pago 200 kilogramos de cocaína, cotizados en ese momento a un precio de $13,000 cada uno.

En mayo de 2014, Rivera, en otra operación de la DEA, le presentó a un supuesto narco que tenía planeado enviar 3,000 kilos a EUA. Por el servicio recibiría el 10% de la carga (300 kilos).

Esta coca sería recibida por Rivera en aguas internacionales y trasladada por Fabio Lobo a San Pedro Sula y sería distribuida en California, Chicago, Miami y Nueva York.

Amaya les dijo a los narcos que les presentaría a otras personas que participarían en la recepción de la droga que llegaría vía marítima, señala el documento.

En otro momento, Lobo le presentó un presunto narco (agente de la DEA) a Julián Pacheco para que les permitiera el tránsito de tres toneladas de coca, pero el general negó el apoyo; no obstante, no arrestó a ninguno de los dos.

Entre julio y septiembre de 2014, Fabio Lobo manifestó reiteradamente el interés en recibir el pago de Devis Leonel por el envío de cocaína. El acusado siguió comunicándose con el Cachiro en diciembre de 2014.

Aproximadamente a principios de 2015, Devis Maradiaga se rindió voluntariamente en Estados Unidos. Consciente de que Devis estaba encarcelado, Fabio Lobo proporcionó a un tercero un número de teléfono en el que el Cachiro lo podría llamar desde la cárcel.

El 17 de marzo de 2015, Devis llamó al hijo del ex-Presidente y le dijo que lo volvería a llamar en unos días desde un lugar más seguro.

El 7 de abril de 2015, Rivera “le dijo al acusado (Fabio) que estaba llamando desde un número seguro y que la transacción de drogas de varias toneladas había sido completada con éxito”.

Fabio calificó esa noticia como “bendición” y confirmó que recibiría la participación de 300 kilos de la carga por un valor total de aproximadamente $2.7 millones.

En mayo, Rivera y la DEA le tendieron la trampa final. El Cachiro le recomendó vía teléfono a Fabio que se reuniera con una persona en Puerto Príncipe, Haití, para entregarle el dinero.

Fabio, quien le dijo a Devis que él “siempre estaba al pie de la bandera, como un halcón y emocionado”, aceptó la propuesta.

El 20 de mayo, autoridades haitianas, con la DEA, lo capturaron en Puerto Príncipe. Ahora, él está preso.

Vieja relación

Según ese documento -firmado por Preet Bharara, en ese entonces fiscal del Distrito Sur, y entregado a la corte el 28 de febrero de 2017-, la relación de Fabio Lobo con Los Cachiros emprezó varios años antes, desde que su padre se postuló como candidato.

Después de ganar las elecciones generales de 2009, Pepe Lobo tuvo una reunión, organizada por Juan Gómez Meléndez (exgobernador y exdiputado), con Óscar Ramón Nájera (diputado) y Devis Rivera, entonces líder de Los Cachiros, para acordar algunos lineamientos.

Entre las pruebas que constan en el documento de la Fiscalía de Nueva York figuran fotografías de la reunión que Fabio Lobo, un presunto narco y Julián Pacheco tuvieron en Tegucigalpa. Además, plantea las vinculaciones de manera clara entre el expresidente Porfirio Lobo Sosa con Los Cachiros.

En esa reunión, Pepe le aseguró a Rivera que ni él ni su hermano, Javier Rivera, tendrían problemas con el Gobierno, ni serían extraditados a EUA y, además, les prometió que su hijo Fabio les coordinaría la protección de la droga.

Durante el encuentro con Rivera, Pepe llamó al general Julián Pacheco Tinoco, en ese entonces jefe de la Dirección Nacional de Investigación e Inteligencia, para ponerlo al tanto de la situación y demostrarles que contaban con el apoyo.

Pepe -dice el documento- “reiteró su apoyo” a las empresas mamparas de Los Cachiros para que estas, con contratos del Estado, mantuvieran la apariencia de legitimidad comercial y lavaran el dinero.

“Mientras Lobo Sosa perseguía la presidencia hondureña, el acusado (Fabio) se unió a una conspiración de tráfico de drogas con su padre y otros, aceptando sobornos a cambio de proteger y ayudar a los traficantes en Honduras”, acusa tajantemente la Fiscalía en el documento.

El documento, firmado por Bharara, confirma que Pepe recibió aproximadamente $500,000 de Los Cachiros a cambio de, “entre otras cosas, protección política de investigaciones policiales, prevención de la extradición a Estados Unidos y adjudicación de contratos” por las instituciones gubernamentales a las empresas de lavado de dinero.

En 2009, Jorge Lobo le presentó Los Cachiros a Fabio para que definieran la estrategia que les permitiría realizar negocios con el Estado.

Entonces acordaron crear la empresa Inmobiliaria Rivera Maradiaga SA de CV (Inrimar) para que esta suscribiera contratos por proyectos con la Secretaría de Obras Transporte y Vivienda (Soptravi).

El acuerdo pactado entre Fabio y Los Cachiros consistió en que el Gobierno de su padre (2010-2014) les daría proyectos estatales y a cambio él recibiría sobornos de entre 10% y 20% del valor de los contratos.

Cargamentos

En 2010, cuando su padre ascendió al poder, Fabio les planteó a Los Cachiros que tenía “interés en ganar dinero y asumir un papel más activo” en el tráfico de drogas.

En 2012 -reza el documento-, el hijo del ex-Presidente “participó directamente en el transporte de unos 400 kilos de coca enviados en una aeronave a una pista clandestina en el noroeste de Honduras, cerca de Chachaguala en el departamento de Cortés”.

Mientras la cocaína era transportada a San Pedro Sula, Fabio y Devis Rivera viajaban en un carro “para hacer llamadas a funcionarios hondureños en caso de cualquier interferencia”.

La droga llegó a San Pedro Sula sin incidentes y Fabio no tuvo necesidad de hacer las llamadas.

Sin embargo, Rivera compensó a Lobo “por su participación, dándole un vehículo blindado, una ametralladora AR-15 y aproximadamente $20,000”.

Fabio aprovechó para pedirle que lo pusiera en contacto con otros narcos. Este le presentó a Carlos Arnaldo Negro Lobo, quien ya era perseguido por las autoridades. Fabio se reunió con el Negro Lobo (que no es su pariente) “para discutir sus problemas con las fuerzas del orden”. Este narco le pagó “aproximadamente $100,000 en un esfuerzo para obtener apoyo político y evitar problemas adicionales con la aplicación de la ley”.

En 2013, Fabio, con apoyo de militares, le ayudó a Devis Rivera a transportar aproximadamente una tonelada de cocaína (mil kilos), recibida en una pista clandestina de Colón, cerca de Farallones.

Lobo, Rivera y los militares viajaron en carros separados custodiando la droga “para asegurarse de que no fuera interceptada”.

Ellos lograron exitosamente la operación. Llevaron la droga hasta Copán, cerca de la frontera con Guatemala, y allí se la entregaron “a Digna Valle Valle y otros miembros de la organización hondureña de narcotráfico conocida como Los Valle”, según el documento.

Fabio recibió aproximadamente $50,000 en efectivo por su participación en esta operación de transporte.

A mediados de diciembre de 2013, Rivera, quien ese año comenzó a colaborar con la DEA, se reunió con Fabio para solicitarle logística y seguridad para transportar 2,500 kilogramos de cocaína por vía marítima.



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