San Pedro Sula, Honduras
“Cómo no recordar las veces que jugaba a ser profesora con mi hermana cuando éramos niñas en el patio de nuestra casa, ubicada en el municipio de Corquín, en el departamento de Copán, esos tiempos fueron inolvidables y marcaron para siempre mi vida”, expresó con nostalgia Anarda Pinto, orientadora del Instituto José Trinidad Reyes y subdirectora de la Escuela Leopoldo Aguilar, de la colonia Las Flores.
Sus inicios como profesora fueron duros: “Me gradué de maestra en 1985 y comencé a trabajar en una escuela pobre de la aldea Los Plátanos, de Corquín. Tenía que caminar 14 kilómetros diarios para llegar a la escuela, pero esos esfuerzos son recompensados cuando mis alumnos me encuentran por la calle y me saludan con un gran cariño, pienso que ese es el mejor regalo que puede recibir un maestro tras tantos años de esfuerzo, ya que la parte económica no es muy buena”, expresó Pinto.
Agregó que los docentes tienen una gran responsabilidad sobre los hombros, pues sobre ellos descansa la preparación académica del futuro de Honduras, por lo que hace un llamado a todos los docentes hoy en el Día del Maestro a recordar esa noble misión.
Pedido. En cuanto a la educación, dijo que en la enseñanza se deben involucrar todos los autores: padres de familia, alumnos y profesores, “tenemos que hacer un nudo todos en conjunto, ya que los profesores no pueden solos”, explicó.
Añadió que los profesores en Honduras tienen serias dificultades para ejercer la labor, ya que no hay mucho apoyo por parte de las autoridades de educación: “Le pedimos al Gobierno que apoye a todos los maestros de los diferentes niveles educativos, porque la educación es parte fundamental para el desarrollo de la nación”.