Autoridades municipales y policiales decomisaron ayer en la tarde varios sacos de productos de pólvora en la colonia San Carlos, cumpliendo con una ordenanza emitida hace unas semanas, en la que se prohíbe la fabricación y comercialización de explosivos.
El departamento de Justicia Municipal, liderado por la jueza María Dolores Guardado, efectuó ayer desde horas de la mañana una operación de incautación de productos derivados de la pólvora.
La encargada del operativo informó que tienen varios puntos identificados adonde elaboran los petardos y otros fulminantes.
“Desde hace varios meses hemos trabajado en la identificación de los puntos de fabricación de estos explosivos y continuaremos decomisando el producto porque desde años anteriores estas personas son reincidentes”, afirmó Guardado.
Los miembros de la Policía Municipal y de la Preventiva de Choloma contabilizaron 47 sacos con al menos 200 morteros de alto poder listos para la distribución.
Según los uniformados, cada explosivo tiene un valor de veinte lempiras en los puestos de venta, lo que hace un total de 188,000 lempiras.
“Es el primer decomiso que hacemos este año. Pero en comparación con 2010, se logró incautar más de un millón de lempiras en productos”, explicó la jueza municipal.
Agregó que en un inicio la operación no tuvo buenos resultados, pues en la mañana no lograron ubicar el lugar adonde fabricaban los detonantes, luego de que recibieran varias denuncias del sector.
Pero alrededor de las 2:00 de la tarde, en un nuevo recorrido por la zona, las autoridades llegaron para hacer cumplir el comunicado municipal.
“Cuando llegamos, en la mañana, no encontramos el lugar y en la tarde al volver hallamos el producto; no obstante, los encargados de la propiedad ya no estaban y dejaron abandonado todo, incluyendo los utensilios con los cuales medían la cantidad de pólvora para cada mortero según su tamaño”, expuso Guardado.
Entre una pequeña plantación de maíz fueron encontrados los sacos con los petardos, además de gran cantidad de periódicos para utilizarlos en la siguiente manufactura del ilegal producto.
Muchos de los explosivos estaban sin mechas, lo que indica a las autoridades que estaban trabajando en la cantidad confiscada.
Para la comercialización del producto, cada uno de los 47 sacos contenía cuatro rollos de 50 morteros, es decir, 200 en total.
