Los habitantes de al menos cinco comunidades del municipio de Marale, Francisco Morazán, tienen dos alternativas: aprender a convivir con los seísmos o alejarse de lo que por años fue su hogar.
Ésa es la conclusión de un informe preparado por científicos hondureños tras los temblores registrados después del 15 de septiembre en esa zona y en Yorito, Yoro.
En el documento, presentado ayer en el marco del Día Internacional para la Prevención de Desastres Naturales, se declaran inhabitables las comunidades Nuevo Paraíso, Playa Grande, Travesía, La Guadalupe, Las Lagunas, La Unión y Palos Blancos.
Según el grupo de expertos, en la zona existe una fractura dentro de la tierra que genera acumulación de energía, la cual, una vez liberada, produce los movimientos telúricos, que persisten.
Teresa Espinoza, alcaldesa de Marale, dijo que unas 300 familias permanecen en condición de albergados a raíz de los fuertes seísmos en la zona. Los expertos han registrado más de 30 movimientos telúricos en Marale después del 15 de septiembre.
La frase
'Vamos a pedir ayuda al Gobierno y a cualquier institución que quiera ayudar, porque en nuestro lugar la pobreza es grande'.
Teresa Espinoza
Alcaldesa de Marale
