Que solo existe la “palabra siempre cambiante de un hombre: Leonel Rivera, un asesino en serie confeso y líder de una de las organizaciones de narcotráfico más grandes de Honduras”.
Así asegura la abogada Kristen Saltillo, defensa del exdiputado liberal Midence Oquelí Martínez Turcios, acusado por la Fiscalía de Nueva York de tráfico de drogas a gran escala. Aunque Midence Oquelí ya se declaró culpable, lo que la defensa busca es una pena menor, que no sea cadena perpetua.
Los abogados rechazan el testimonio de Davis Leonel Rivera, cabecilla de los Cachiros, durante una audiencia de pruebas celebrada en diciembre de 2024.
Durante el interrogatorio planteado por el fiscal estadounidense David Robles, Maradiaga aseguró que Midence Oquelí participó en tráfico de drogas y asesinatos. Además, sostuvo que son primos.
El Cachiro también señaló a Midence, quien alcanzó el grado de capitán en el Ejército, como el encargado de entrenar en sicariato a miembros de maras y pandillas en Honduras.
Ante el juez Lewis Kaplan, Devis Leonel Rivera Maradiaga involucró al exdiputado en seis asesinatos; entre ellos, el del exdiputado liberal Juan Ramón Salgado, quien supuestamente no le cumplió con nombrarlo ministro de Seguridad. También están las muertes de Jorge Echeverría Ramos, alias Coque, y del periodista Nahúm Palacios, así como otros narcos rivales solamente identificados como Alex y Mantequilla.
Son declaraciones poco creíbles
Kristen Saltillo presentó un informe posterior a la audiencia presentada ante la Corte, en donde aseguró que el testimonio de Rivera en la que revela las andanzas de Martínez Turcios en el narcotráfico y asesinatos debe ser rechazado porque es “poco creíble”
A criterio de Santillo, Rivera es uno de los testigos más raros porque no tiene nada que perder y todo que ganar al implicarse él mismo y a otros en las más graves conductas, incluidos asesinatos y torturas en contra de sus enemigos.
“Las cantidades de drogas que traficaba y las armas que poseía le aseguran que pasará el resto de su vida en prisión a menos que pueda testificar contra tantos acusados como sea posible para ganar crédito por su cooperación, incluyendo a Midence Martínez, a quien dice considerar como parte de su familia, aunque son solo primos lejanos”, aseguró.
Durante la audiencia de diciembre, Rivera reconoció que engañó a los fiscales en declaraciones anteriores, además de presentar una serie de contradicciones ante el jurado en otros procedimientos.
“A la luz de estos factores, el testimonio de Rivera, el único testimonio de que Martínez alguna vez participó en actos de violencia, simplemente no es creíble, y respetuosamente insto al Tribunal a rechazarlo”, afirmó.
La defensora del exdiputado del Partido Liberal también rechazó el involucramiento en al menos cinco asesinatos de alto impacto en Honduras.
En la audiencia de pruebas, el propio Cachiro, al ser consultado por el asesinato de Coque, reveló: “Abogado, contratamos a la MS-13 porque eran asesinos, eran homicidas”. De hecho, subraya la abogada Kristen Santillo, Rivera desmintió cualquier intención de Martínez de armar o entrenar a los sicarios de la MS-13 para matar a Ramos.

Aunque el Cachiro afirmó: “Mi primo Midence les enseñó a recibir cargas de cocaína. Los entrenó. Les enseñó cómo actuar en la pista de aterrizaje para poder recibir los cargamentos de cocaína”.
Cuando el abogado defensor le preguntó específicamente si Martínez había ayudado a entrenar a sicarios de la MS para matar a Ramos, Rivera respondió: “Él los entrenaría en defensa personal y todo eso”.
La tesis acusatoria de la Fiscalía de Estados Unidos indica que Martínez Turcios proporcionó a Leonel y Javier Maradiaga información sobre el paradero de Coque Echeverría.
“La víctima se encontraba en un hotel en particular en San Pedro Sula, Cortés, Honduras. Los sicarios de Martínez viajaron a este hotel, donde localizaron y dispararon a la víctima, junto con su compañera, quien sobrevivió”.
Pero, en la audiencia de diciembre, Rivera no testificó que “los sicarios de Martínez” viajaron al hotel y dispararon contra Ramos.
Rivera testificó únicamente que “había varios grupos” de sicarios a su disposición y que el ataque fue llevado a cabo por algunos sicarios, entre ellos su suegro identificado como Andrés.
Declaró que Martínez fue una de las muchas personas que proporcionaron información sobre la ubicación de Ramos, incluidos otros primos de Rivera, identificados como Rubén Santos y Ovando Martínez, y un guardaespaldas llamado Lucas.
“Este testimonio no está corroborado en absoluto, está muy lejos de establecer con precisión preponderancia de la evidencia de que Midence Martínez tuvo alguna participación en un intento de asesinato de Juan Ramón Salgado”, señaló Santillo.
El crimen del exdiputado Juan Ramón Salgado
El Cachiro también vincula a Martínez Turcios en el asesinato del exdiputado de Colón, Juan Ramón Salgado. El excongresista se suponía, de acuerdo al Cachiro, que debía asegurar que Martínez fuera nombrado ministro de Seguridad de Honduras.
No obstante, no cumplió con el nombramiento como prometió y, como resultado, “Martínez conspiró con Leonel Maradiaga para asesinarlo”.
A principios de mayo de 2006, Martínez y un grupo de sicarios viajaron hasta la comunidad de La Brea, Colón, donde dispararon al diputado Salgado.

La abogada Santillo argumentó que el testimonio de Rivera no confirmó esta acusación. “Rivera testificó que Martínez le pidió a él que matara a Salgado, testificó que fueron miembros de la MS-13 y sicarios, sin incluir a Martínez, quienes dispararon a Salgado”, indicó.
La explicación de Rivera sobre el supuesto motivo de Martínez para matar a Salgado también carece de credibilidad o corroboración, atacó la defensora de Martínez.
Según Rivera, él y su hermano Javier querían que Salgado promoviera a Martínez para que fuera nombrado ministro de Seguridad de Honduras para impulsar el narcotráfico de los Cachiros, acotó.
Rivera testificó que, cuando Salgado no cumplió con esa cita, Martínez se mostró “molesto y enojado” y quiso asesinarlo.
Días después, Salgado informó al equipo de trabajo de Midence Martínez que el presidente Manuel Zelaya les había informado que no podría nombrarlo como viceministro de Seguridad, pero les ofreció el cargo de titular de la Dirección del Programa Nacional de Desarrollo Rural (Pronader).
Salgado Cuevas murió y, con su muerte, la oferta quedó sin valor ni efecto, asegura.
La defensa de Martínez rechazó su participación en el crimen de Nahún Palacios, un periodista que trabajaba en la zona de Tocoa, Colón, que criticó públicamente a Martínez Turcios.
“Leonel Rivera Maradiaga trabajó para frenar las críticas de Palacios enviándole dinero de la droga en un esfuerzo por silenciarlo. Después de una breve pausa, Palacios reanudó su cobertura negativa de Martínez, quien le pidió ayuda a Leonel Maradiaga para asesinarlo”.
Días después, ambos dirigieron a un grupo de sicarios, incluidos algunos de los hermanos de Martínez Turcios, para matar al comunicador y su pareja.
“Martínez está involucrado en el asesinato de Palacios basándose únicamente en la palabra de Rivera. En resumen, el Gobierno no ha aportado ninguna prueba que corrobore la supuesta acusación contra Martínez”.
En 2012 o 2013, fue asesinado un primo de Devis Leonel y, en respuesta, contactaron a algunos sicarios y viajaron para localizar y matar a un sujeto identificado como Alex, responsable del asesinato.
Cuando llegaron a la casa, Martínez y los sicarios entraron a la casa y sacaron al sujeto, y lo transportaron a Tocoa, donde lo torturaron e interrogaron.
Seguidamente, Leonel Rivera Maradiaga le disparó y mató a la víctima. Aunque no había ninguna acusación de que Martínez le disparó a Alex, en la audiencia al escuchar esto, Rivera afirmó de repente que Martínez y otros habían disparado.
Los testimonios muestran que las acusaciones de Rivera, asevera la abogada Santillo, no han sido examinadas en absoluto por la Fiscalía, y también deberían ignorarse por ese motivo.
En ese sentido, sugiere Santillo, “se deben tener en cuenta las acusaciones de violencia o de un papel organizativo de la Fiscalía en coordinar envíos de drogas o transportar drogas al imponer una sentencia a Martínez”.
La Fiscalía de Nueva York presentó como testigo al Cachiro, quien ha presentado declaración en los casos de Fabio Lobo, Geovanny Fuentes Ramírez, el exdiputado Juan Antonio Hernández y el expresidente hondureño Juan Orlando Hernández. Todos han sido condenados por delitos relacionados con el narcotráfico.
Midence Oquelí, que fue diputado durante dos períodos entre 2010 y 2018, fue capturado el 3 de diciembre de 2022 en Colón y su extradición fue aprobada el 7 de marzo de 2023.
Martínez, extraditado el 30 de marzo de 2023, es el tercer exdiputado hondureño que se sometió a un juicio en Estados Unidos.