El presidente estadounidense George W. Bush pidió ayer al Congreso, dominado por sus adversarios demócratas, que eviten recortar el financiamiento a la guerra en Irak, a pesar de las críticas contra su estrategia en ese país.
“Voy a señalar muy claramente a los parlamentarios a partir de este momento que ellos deben financiar a nuestros militares y garantizar que tengamos a tiempo la flexibilidad necesaria para hacer nuestro trabajo”, indicó Bush en una rueda de prensa.
Aunque afirmó que “aquellos que critican su estrategia también son patriotas” y pueden decir que defienden a los militares, indicó que “la prueba se manifestará cuando otorguen o no a los militares el dinero necesario para su misión”.
Las declaraciones de Bush se producen cuando en la Cámara de Representantes del Senado se discute un proyecto de resolución no vinculante que podría ser aprobado mañana en rechazo al envío anunciado de 21 mil soldados adicionales a Irak, que podría contar incluso con el apoyo de legisladores republicanos del presidente.
Pero los legisladores señalan que una acción decisiva del Congreso hacia Irak pasa por la reducción del financiamiento de la guerra y una minoría dentro de los demócratas mantuvo su posición a pesar de las palabras de Bush.

Esta imagen satelital muestra un sitio nuclear de reactor en Yongbyon, que será desarmado.
El mandatario estadounidense insistió ayer en que Irán está suministrando armas a insurgentes iraquíes, pero dijo que no lo podía demostrar. Lo más importante, dijo el mandatario, es proteger a los soldados estadounidenses de las mortíferas armas usadas por los milicianos.
“Voy a hacer algo al respecto”, prometió Bush, quien mostró aparente irritación cuando era preguntado sobre versiones diferentes dentro del propio Gobierno sobre quién estaba detrás de la entrega de armamento.
Además, el mandatario dijo ayer que colaborará con el Congreso para lograr una reforma migratoria que permita la entrada “ordenada” de trabajadores extranjeros y dé una solución a los inmigrantes indocumentados que residen en el país.
Bush señaló que EUA necesita aumentar la vigilancia en las fronteras, pero al mismo tiempo requiere un programa de trabajadores temporales que elimine la necesidad de entrar de forma clandestina al país”.
Organizaciones hispanas y religiosas llamaron ayer al presidente estadounidense, George W. Bush, a suspender las expulsiones de indocumentados, sin lograr otra respuesta por ahora que su reiterado apoyo a una reforma que abra el camino para la regularización.
“Nos unimos para pedir a Bush que muestre que tiene corazón en este Día de San Valentín y para pedirle una suspensión de las expulsiones hasta que se arregle nuestro sistema de inmigración”, afirmaron directivos de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos.

La imparable violencia en Bagdad, según el mandatario estadounidense, terminaría con el envío de más tropas.
Un día después de que Corea del Norte se comprometiera a abandonar sus actividades nucleares, los expertos se preguntan por qué el país comunista ha accedido inesperadamente a las demandas internacionales después de años de negociaciones, y si cumplirá su promesa.
Algunos creen que ha sido clave la presión de China, uno de los pocos aliados de Corea del Norte. Para otros, los dos protagonistas, Corea del Norte y EUA, tenían razones internas para llegar a un acuerdo, ya que el presidente Bush necesitaba un éxito diplomático después de varios fracasos, y Pyongyang, energía para contentar a su mal abastecida población de 23 millones de personas.
Corea del Norte aceptó el martes cerrar sus instalaciones nucleares a cambio de una considerable ayuda energética. El país recibirá el equivalente de un millón de toneladas de combustible, con una primera entrega de 50 mil toneladas de gasolina.