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Consternación en el sepelio del hijo de exdirector de la Policía de Honduras

  • 19 febrero 2013 /

En medio de profundo dolor, fueron sepultados este martes los restos del hijo del exdirector de la Policía Nacional de Honduras, Ricardo Ramírez del Cid.

Unos globos blancos se esparcieron en el cielo azul que parecía darle la bienvenida a Óscar Roberto Ramírez Umaña (17), hijo de Ricardo Ramírez del Cid, exdirector de la Policía Nacional.

Sus padres, hermanos, amigos, compañeros de colegio e iglesia, maestros y decenas de conocidos llegaron hasta el cementerio San Miguel Arcángel para despedir a Bobby, como cariñosamente llamaban al jovencito que este año culminaría sus estudios en la escuela Del Campo Internacional.

El dolor era inocultable, los hermanos del infortunado estudiante eran consolados por sus padres, quienes hacían esfuerzos sobrehumanos por transmitirles fortaleza; pero toda la familia terminaba quebrantada ante el féretro que contenía los restos del jovencito que llenaba de felicidad al hogar.

Bobby era inquieto, como cualquier chico de su edad, era apasionado de los deportes,
precisamente el pasado domingo regresaba de un encuentro deportivo de unas canchas ubicadas entre la colonia Las Hadas y América, cuando fue asesinado junto a sus dos guardaespaldas Abraham Gúnera y Carlos Armando Lira Turcios mientras compraban comida en un negocio de la colonia Altos de Toncontín.

Luego de que su cuerpo fuera velado en la funeraria San Miguel Arcángel, Bobby fue llevado hasta la iglesia cristiana Impacto en la residencial Ciudad Nueva, para luego sepultarlos en el cementerio San Miguel Arcángel de Las Casitas.

En un emotivo evento cristiano, sus hermanos de la iglesia, como él mismo les llamaba, le rindieron tributo al joven líder que se había convertido en la luz de la familia Ramírez Umaña.
“Hace dos años, en esta iglesia, Óscar, o más bien Bobby, como le conocimos, o Chicken, como era su apodo, hizo su promesa con Jesús y lo aceptó como su único Salvador. Hoy recuerdo que esta familia lo trajo y le dio la oportunidad de ser luz para otros”, recordó su líder espiritual.

“Hemos de recordarlo con ese espíritu alegre, como el joven que a pesar de sus defectos y debilidades luchó día a día por seguir los pasos de Jesús, por seguir su mandato”, agregó.

Ramírez participaba activamente en un grupo juvenil de esta congregación donde se ganó el cariño y admiración de los pastores.

“Óscar sabía que Dios nunca se separaría de él y hasta en el último momento supo que si algo le pasaba era porque Dios tenía el mando y control de su vida y que su vida era destinada para proclamar la grandeza de Dios”, comentó el religioso.

El estudiante siempre se destacó por ser respetuoso, caballeroso y cariñoso con sus maestros y especialmente con quienes fueron sus compañeras.

Bobby cumpliría 18 años de edad el 30 se septiembre y era voluntario de Operación Sonrisa. “Era muy solidario con los demás, siempre era el que ayudaba a todo el mundo, era muy lindo hablar con él porque siempre estaba optimista y era muy dulce, yo no entiendo cómo le hicieron esto a una persona tan buena”, expresó una de las compañeras del infortunado jovencito.

Amigo rea

A su sepelio asistieron también varios de sus amigos y compañeros de estudio, quienes lo recordaron como un alumno ejemplar y solidario.

“Bobby me enseñó muchas cosas, me enseñó valores en mí que ni yo mismo sabía que existían. Ayer caminaba por los pasillos de la escuela y recordé que al entrar al salón de clases siempre nos llenaba de alegría”, dijo uno de sus compañeros.

“él era mi mejor amigo, el día de su muerte lo llamé muchas veces y conversamos mucho; lo extrañaré, pero yo sé que algún día nos volveremos a ver. Usted tuvo un gran hijo, don Ricardo”, añadió.

El amor también fue uno de los muchos valores que “Chicken” compartió hasta en los últimos días con su familia y sus amigos.

“Nos reunimos el 14 de febrero, el Día de la Amistad, yo miraba aquel montón de flores y peluches y pensé que no tenía nadie que me quería, pero ahí estaban mis amigos y Bobby me enseñó ese día y me dejó bien claro que tenía su cariño y amistad”, relató una de sus amigas.

Además de ser un joven entregado a plenitud a su congregación cristiana, Ramírez Umaña era fanático del deporte y de la música.

“Recuerdo cómo nos divertíamos en su casa cuando jugaba el Club Deportivo Motagua, que era su equipo, pasábamos horas jugando Fifa, le gustaban mucho los videojuegos”, señaló otro de sus amigos.

“Llevaba una guitarra al salón de clases, tenía muy buena voz, le gustaba la música de los Beatles, nos hacía reír durante los recesos, era una buena persona. Con su asesinato nos pegaron donde más nos dolía”, expresó visiblemente el jovencito.
Sin pistas de homicidas

Pese a que elementos de la Policía Nacional aseguran que en el sangriento hecho en el que perdió la vida Óscar Roberto Ramírez participaron miembros de pandillas, hasta el momento no se reportan capturas. Según Coralia Rivera, viceministra de Seguridad, los procesos de investigación continúan.

“Este dolor se siente en el interior de la institución, se siente porque nosotros, hombres y mujeres que estamos dentro de la Policía, tenemos la responsabilidad de contribuir a evitar este tipo de hechos”, comentó Rivera.

“Tenemos el compromiso de buscarle esa brújula y ese norte que nos ayude a devolverle la tranquilidad a Honduras”, amplió. La funcionaria y la mayoría de miembros de la promoción de Ramírez del Cid asistieron al sepelio del jovencito, cuyo crimen mantiene consternado al país.