Atlántida, Honduras
Científicos del Tela Marine Research Centre (Centro de Investigación Marina de Tela) lograron recoger y enterrar las partes de la ballena Gran-Berta que, tras su muerte a finales de 2018, aparecieron dispersas en las playas de esta bahía.
Tela Marine, una organización en la cual participan biólogos de la Universidad de Oxford, Universidad de Portsmouth y otras de Reino Unido, mantenía bajo observación a Gran-Berta desde que apareció sorpresivamente en las aguas de Tela en septiembre pasado,
Big-Bertha, como bautizaron en inglés al cetáceo, murió por causas desconocidas y sus restos aparecieron fragmentados y dispersos a lo largo de dos kilómetros de costa. A inicios de esta semana, los investigadores de Tela Marine, con apoyo de habitantes del municipio, lograron recoger la mayor cantidad de vértebras y sepultarlas en una fosa excavada en la playa.
Al término de un año y medio, aproximadamente, Antal Börcsök, fundador y gerente de Tela Marine, y sus colegas esperan desenterrar la osamenta para, luego, someterla a un proceso “de reconstrucción y curación”.
“Una parte de la cabeza la encontramos hace unos cuatro días y ocupamos 15 hombres para levantarla. Pesa como mil libras. Es una cosa exagerada, muy pesada”, relató Börcsök.
Los científicos ya enterraron la mayor parte del esqueleto de esa ballena de aleta (Balaenoptera physalus) y estiman que solamente hace falta “una aleta, mandíbulas y un hueso de la nariz y otras partes pequeñas”.
“Cuando el agua aclare vamos a bucear para buscar otras vértebras. Durante este proceso, hemos registrado cada pieza, tomado fotografías y enterrado”, dijo.
| Después de recoger las piezas, los científicos del Tela Marine Research Centre registraron cada una de ellas y armaron el esqueleto (de 22 metros de longitud) dentro de una fosa hecha en la arena.
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Tela Marine, apoyada por la internacional Operation Wallacea, aspira a exhibir el esqueleto para que los hondureños adquieran conciencia ambiental.
Plástico
Los científicos encontraron fragmentos de plástico en el estómago de Gran-Berta; sin embargo, creen que la causa de su muerte no está relacionada con ese factor.
Julio Sanmartín Chicas, ambientalista de Coral Reef Aliance, advierte que Gran-Berta, más que los huesos para una colección, dejó una enseñanza: “Los mares están recibiendo plástico y los animales lo están consumiendo”. “No murió por el consumo de plástico, pero es indiscutible que es una amenaza para la vida marina”.
Coral Reef Aliance, según Chicas, está en la disposición de apoyar a la Municipalidad de Tela para que, por medio de una ordenanza, promueva en 2019 “la no utilización de bolsas de plástico de un solo uso”.
“Esperamos que el proceso que está desarrollando Roatán sea replicado en Tela. Tenemos claro que no es un tema fácil. Una autoridad no puede prohibirle de la noche a la mañana a un restaurante o a un supermercado el uso de bolsas de plástico. Esto debe ser paso a paso. No solamente consiste en quitar algo, hay que dar el sustituto”, explicó. Sin embargo, “la pajilla la pueden prohibir porque es un lujo innecesario”.
| Lo desenterrarán cuando esté libre de materia orgánica (como la carne).
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La muerte de Gran-Berta caló hondo en la conciencia de centenares de habitantes de Tela, hasta de Tegucigalpa y San Pedro Sula, quienes, para demostrar su compromiso con el ambiente, participaron en jornadas de limpieza y eliminación de plástico en las playas caribeñas.
A través de Facebook, el colectivo de buzos Tela Divers & Sea Life Conservation convocó a los hondureños a participar en la campaña #NoMásPlástico, “en honor a Gran-Berta” y logró ganar la voluntad de decenas de hondureños.
“Hemos realizado tres actividades en tres meses, desde la fundación de nuestra organización. La primera limpieza la hicimos los primeros seis miembros del grupo. En la segunda participamos 18 personas y el 13 de enero acudieron más de 100 personas voluntarias”, dijo Mario Motiño, miembro de Tela Divers & Sea Life Conservation.
| El esqueleto de Gran-Berta mide 22 metros de alto. La Municipalidad escogerá el lugar donde lo exhibirá de manera permanente a finales de 2020.
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Motiño dice que su organización “agradece a las personas que viajaron desde Tegucigalpa y Tela por demostrar su interés en proteger la naturaleza”.
Motiño y los miembros de ese colectivo, quienes realizan inmersiones semanalmente, han observado enredados en los arrecifes de la bahía, restos de botes de plástico, ropa y otros objetos que matan a los animales.