Uno de los sitios iconos de San Pedro Sula es su cementerio general Apóstol San Pedro, el cual ya es patrimonio funerario de la ciudad. En él se pueden encontrar datos de interés artístico, histórico y por supuesto, relatos de tradición oral que se ubican en un contexto paranormal y macabro.
Anterior al cementerio general Apóstol San Pedro (entre las 4 y 7 avenidas, 11 y 13 calles del barrio Paz Barahona), existieron otros espacios de enterramiento, según el antropólogo e historiador y Director del Archivo Histórico Municipal, Eliseo Fajardo, el primero del que se tiene conocimiento estuvo cerca del parque central; luego, entre 1850 y 1870, según las actas municipales, éste pasó a las instalaciones actuales de Hondutel entre la 5 avenida 4 y 5 calle sur oeste, posteriormente se abandonó y se realizaron enterramientos en donde ahora se halla la avenida Los Leones.
Fotogalería: Un recorrido por el cementerio Apóstol San Pedro
A finales del siglo XIX, San Pedro Sula crece poblacionalmente y para 1882 ya contaba con cuatro barrios: San Pedro, Inmaculada Concepción, El Calvario y El Refugio.
 Imagen del campanario que se halla dentro del cementerio, tiene más de 65 años. Tenía dos campanas las cuales trajeron de Italia pero actualmente sólo hay una: la otra se la robaron.
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En 1940 se construye la II etapa del cementerio general y la capilla que lleva el nombre de Apóstol San Pedro. Asimismo, durante la década de los 40 y 50 se construyen dos cementerios más: el chino y el judío.
Mediante iniciativa de Eliseo Fajardo Madrid, en 2012, “el cementerio general Apóstol San Pedro se constituye como patrimonial y se establece a su vez como un museo de cielos abiertos; puesta en valor arquitectónico, artístico y patrimonial, y que se dé lugar a esta enmienda; se solicita y queda bien establecido que la Dirección de Antropología de Honduras sea la que coordine, dirija, registre y preserve el patrimonio funerario, promueva la investigación y divulgue las políticas educativas a través de las universidades”, indica el documento que se refiere al valor patrimonial del jardín fúnebre.
Entre tanto, el Archivo Histórico Municipal es el ente encargado de desarrollar políticas públicas referentes a la valorización y gestión de los archivos funerarios que incluye el asesoramiento a la unidad de cementerio.
-Espacio físico-
De acuerdo a Eliseo Fajardo, el espacio fúnebre está constituido por siete manzanas y media de terreno y sobre esa área se puede considerar la existencia de tres cementerios en una sola unidad: el mestizo, el judío (de 21.40 metros) y el chino (de 29 metros). Además, cuenta con cinco accesos, siendo el principal la entrada norte, donde termina la avenida Los Leones o prolongación de la quinta avenida, once calle.
 Imagen del cementerio mestizo.
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 Imagen del cementerio judío.
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 Imagen del cementerio chino.
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Si bien el cementerio general data de 1869, existía un sepulcro del 17 de diciembre de 1876 que daba fe de su antigüedad: “esta era una de las tumbas más representativas, la cual fue cubierta por un nuevo depósito que violentó el valor histórico del bien patrimonial. El daño se llevó a cabo entre los años 2012-2013, cuando Manuel Rodríguez era el administrador del cementerio. El daño se puede subsanar colocando el cadáver invasor en otro depósito para recuperar el espacio que queda”, indica Fajardo y agrega: “en este cementerio se realizan investigaciones etnohistóricas con el fin de obtener la mayor cantidad de información posible, y así brindar al público datos fidedignos del contexto mortuorio”.
 Imagen de la tumba más antigua (17-12-1876) de la que se tenía registro, pues entre 2012-2013 fue dañada. Fotografía proporcionada por el Archivo Histórico Municipal.
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 Debajo de la tumba del lado izquierdo de la imagen es donde se hallaba la lápida (17-12-1876) que fue destruida.
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 En la imagen, guardias del cementerio alrededor de la tumba del general mexicano,
Héctor Macías. Fotografía proporcionada por el Archivo Histórico Municipal.
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